Un fallo impide
toda acción sobre el fondo
de comercio hasta resolver la demanda
de 160 personas por contaminación
en Las Toscas.
Contra viento y
marea es el título de una película
y casi un cliché, pero explica
la historia de Las Toscas, un pueblo
de Santa Fe que acaba de conseguir
la primera prueba judicial para seguir
adelante con una pelea histórica
contra una curtiembre. En un fallo
inusual, la Sala J de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil
y Comercial respaldó a 160
pobladores que habían reclamado
un embargo cautelar por casi 11 millones
de pesos contra Arlei SA.
Para proteger la
fuente de trabajo, la -Cámara
-no -ordenó -la caución,
pero prohibió todas las operaciones
de Arlei sobre el fondo de comercio.
Aunque la medida no es el resultado
del juicio, estaría indicando
su orientación: según
analiza el constitucionalista Daniel
Sabsay, los jueces han visto semiplena
prueba o verosimilitud en la demanda
por daños y perjuicios. El
fallo no sólo es importante
para Las Toscas sino también
para pobladores de otras regiones
que intentan probar judicialmente
el complejo nexo entre la actividad
de las curtiembres y las patologías
que pueden surgir.
La noticia del embargo
contra la curtiembre llegó
cuando nadie la esperaba. Los 160
pobladores de Las Toscas que participan
del proceso habían hecho el
reclamo al empezar el juicio, en agosto
del año pasado. En el medio
hubo un fallo en contra, de primera
instancia, una apelación y,
finalmente, llegó esta respuesta.
Con el embargo, la gente se garantiza
que cuando todo termine, si ganan,
habrá alguien a quien cobrarle.
En el fallo, el
tribunal de alzada hizo lugar a esa
hipótesis, pero al mismo tiempo
fue muy cuidadoso. Decidió
no entorpecer la actividad comercial
de la compañía. Por
eso el embargo no le impide a Arlei,
por ejemplo, suspender los movimientos
bancarios ni paralizar sus cuentas,
pero sí incide sobre el fondo
de comercio. Y ese fondo es
el valor de mercado de la empresa,
mayor a lo que habíamos reclamado,
advierte Santiago Kaplum, uno de los
abogados patrocinantes del grupo.
De acuerdo con Kaplum, hasta que termine
el proceso Arlei no podrá transferir
acciones ni intentar vender la compañía.
Y éste es otro de los puntos
novedosos de la decisión del
tribunal de alzada: El embargo
es un hábil llamado de atención
dice Sabsay porque no
infiere sobre la actividad de la empresa:
la pone bajo cautela y concilia los
intereses de los ambientalistas.
Esto, de hecho,
fue lo que comenzó a hacer
Arlei cuando empezaron las denuncias.
La historia de la curtiembre empezó
a conocerse en 2000 con una serie
de campañas y denuncias disparadas
por investigaciones de Greenpace en
los alrededores de Arlei. Los estudios
sobre muestras de suelo y afluentes
de la curtiembre demostraron la presencia
de cromo en cantidades treinta veces
más altas que los niveles máximos
permitidos. Aunque la empresa asegura
que el cromo usado en el tratamiento
del cuero no es el hexavalente tóxico
y cancerígeno sino el
trivalente, para los pobladores los
resultados aun así parecen
siniestros.
Entre ellos está
Liliana Acosta, la mujer cuya historia
ya se transformó en uno de
los símbolos del pueblo. El
23 de noviembre de 2000, su hijo de
seis meses amaneció muerto.
Días más tarde, por
un análisis del laboratorio
Güemes se descubrió que
Enzo Noe Bustamante tenía 0,20
mcg/l de cromo, es decir unos 0,15
mcg/l más que el tolerado.
Los síntomas trastornaron a
su madre: Mi bebé se
retorcía, doblaba las manos,
lloraba con dolor y sus piernas se
ponían rígidas, vomitaba
verde, escribió la mujer
en su diario personal, ahora integrado
al expediente tramitado en el Juzgado
Nº 89 de la Capital.
Pero Liliana no
es la única mujer que vincula
la enfermedad con la actividad de
la curtiembre. Hay tres grandes grupos
de demandantes de acuerdo con los
daños supuestos. El primero
reúne los casos más
graves, unas quince personas con enfermedades
manifiestas y una familia que, como
Liliana, responsabiliza a Arlei SA
por la muerte de uno de sus hijos.
Existe además todo otro grupo,
de unas cincuenta personas, que presentó
los resultados de los análisis
de sangre y orina con valores de cromo
ofenol en proporciones más
altas a las normales. Finalmente están
quienes se consideran perjudicados
porque viven o han vivido cerca de
la curtiembre durante muchos años
y presuponen síntomas en el
futuro. Entre ellos, están
quienes intentaron dejar el pueblo
y no pudieron hacerlo porque simplemente
ya nadie quiere comprar casas vecinas
a la curtiembre.
18 de abril de 2002
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