La presunta existencia
de sustancias contaminantes en el agua
del embalse de las Termas de Río
Hondo, alimentado por el río
Salí, generó ayer gran
preocupación entre autoridades
y pobladores de esa ciudad turística
santiagueña, al tiempo que reactivó
las investigaciones judiciales que se
realizan sobre la cuestión.
Es que un reciente estudio de expertos
de Gendarmería Nacional encontró
metales como cromo y cobre en sus
aguas, lo que desató la intervención
del fiscal general de la Cámara
Federal de Santiago del Estero, Juan
Francisco Borges, explicaron fuentes
judiciales.
Según los informantes, los
estudios se efectuaron en la cuenca
del río Salí y en el
embalse a raíz de las denuncias
de vecinos santiagueños y del
defensor del pueblo de Tucumán,
Juan Rojas, que sostienen que esas
aguas recibirían residuos industriales
de una empresa minera que opera en
Catamarca.
Además, las fuentes precisaron
que por orden de la fiscalía,
especialistas de Gendarmería
Nacional tomaron muestras de líquidos
y barros de la descarga de los afluentes
en el canal DP-2, que desemboca en
el río Salí y provee
agua para animales y cultivos a una
importante región de Tucumán.
Con los resultados en la mano, ahora
la Justicia investiga si el caso se
encuadra en la presunta comisión
de un delito contra el medio ambiente,
añadieron los informantes,
al destacar que también se
busca comprobar quién fue el
responsable del daño.
Asimismo, las fuentes precisaron
que el nivel máximo permitido
en cobre es de 0,002 miligramos por
litro de agua y el estudio químico
de las muestras habría arrojado
un resultado de 0,20 miligramos por
litro, es decir cien veces más.
Ante esta revelación, autoridades
del Foro de Defensa del Medio Ambiente
de la ciudad de Las Termas de Río
Hondo destacaron la gran preocupación
que existe en esa comunidad turística
ante la posibilidad de que la presencia
de estos metales provocara algún
daño ecológico en la
flora y fauna del embalse.
27 e marzo de 2003
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