Según
los organizadores hubo 400 mil personas.
Protestan por el costo y los perjuicios
medioambientales.
Una impresionante
muchedumbre se concentró ayer
en la Plaza de Catalunya, en pleno
centro de Barcelona, para protestar
contra el proyecto hidráulico
nacional (PHN) promovido por el gobierno
del presidente español José
María Aznar que planea el entubamiento
y traspaso, a través de la
costa de Valencia hacia Murcia, de
parte de las aguas del río
Ebro.
Los catalanes dejaron
expuesta así su negativa a
que se utilicen aguas dulces de esa
zona autónoma para regiones
del sur de España por la "inviabilidad
económica y medioambiental"
que provocaría, de concretarse,
el proyecto. La masividad de la marcha
casi no tienen parangones en Barcelona:
según los convocantes hubo
400 mil personas y según la
policía 150 mil.
La movilización
hizo colapsar el tránsito en
las principales calles céntricas
de Barcelona, teñidas del azul
marino de las pancartas de los manifestantes,
que muestra un tubo en forma de nudo,
signo que designa la posición
contraria al plan. "El río
es vida, no al trasvase", rugía
la multitud, en castellano y catalán.
La manifestación
-convocada por la Plataforma para
la defensa del Ebro y que reunió
a diferentes sectores opuestos al
PHN- fue considerada como una prueba
de ensayo antes de la primera marcha
que tendrá lugar en ocasión
de la Cumbre de la Unión Europea
para el próximo fin de semana
en Barcelona. Así se lo hizo
saber el actor y director de teatro
Oriol Grau, vocero del acto, a la
conducción del Estado español.
"Esta impresionante marea, esta
inundación de ciudadanía
le va a aguar al señor Aznar
su cumbre europea", dijo.
Según el
manifiesto de la plataforma contraria
al trasvase del río, el gobierno
del Partido Popular quiere llevar
a término la reforma "contra
el deseo de la mayoría de los
catalanes y de los aragoneses, contra
los verdaderos intereses de la gente
de Valencia, Murcia o Almería
y contra las directivas comunitarias
sobre la gestión del agua".
Por su parte, el
presidente del gobierno regional de
Aragón, Marcelino Iglesias
aseguró que el PHN "representa
una expropiación del Ebro que
se quiere hacer para nada".
En ese mismo sentido,
Carmen Chacon, de la secretaría
nacional del Partido Socialista (PSOE)
reafirmó que su partido "era,
es y será contrario al traspaso
del Ebro". A la marcha asistieron
los alcaldes de las poblaciones catalanas
afectadas por el plan. También
parlamentarios europeos, científicos
contrarios al proyecto y representantes
de ámbitos de la cultura regional.
Por su parte, el
presidente de la Generalitat (gobierno
autónomo catalán), Jordi
Pujol, minimizó la importancia
de la manifestación y recordó
la polémica ocurrida en el
Europarlamento de Bruselas, donde
diputados socialistas votaron en favor
del PHN.
En Aragón
también protestaron
En Zaragoza, corazón
de la comunidad aragonesa, miles de
personas se concentraron en la Plaza
del Pilar para rechazar el trasvase
del Ebro, en un acto simultáneo
a la gran manifestación de
Barcelona. Durante el acto, al que
según la organización
acudieron entre 25 mil y 30 mil personas,
el dibujante José Luis Cano
leyó el mismo comunicado que
en la Ciudad Condal ante representantes
de distintas organizaciones que portaban
la pancarta "Por una nueva cultura
del agua, ni un euro para este PHN".
11 de marzo de 2002
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