Washington - La pesca
comercial ha despojado a los océanos
del 90% de la población de atún,
peces espada y aguja y otras especies
de pescados que estaban florecientes
hace medio siglo, dijeron dos científicos
marinos.
La nueva investigación, basada
en casi medio siglo de información,
ofrece un panorama sombrío
para algunas de las especies de peces
con mayor valor comercial y desacredita
la idea de que los océanos
son fronteras azules que contienen
vida ilimitada.
"Si bien ahora se acepta ampliamente
que pude pescarse determinadas especies
en cantidad limitada, este es el primer
análisis que muestra disminuciones
pronunciadas y generalizadas de todas
las comunidades en una gran variedad
de ecosistemas", dijeron los
investigadores Ransom A. Myers y Boris
Worm en un informe publicado en la
edición del jueves de la revista
Nature.
"Muchos científicos y
empresarios pueden no ser conscientes
de la verdadera magnitud del cambio
en los ecosistemas marinos",
expresaron.
Myers, profesor de biología
marina en la Universidad Dalhousie
de Canadá, y Worm, investigador
de esa universidad, descubrieron que
por lo general las grandes operaciones
comerciales de pesca eliminan el 80%
de la vida en una pesquería
nueva en menos de 15 años.
También encontraron que la
vida marina puede recuperarse de esas
operaciones comerciales si se permite
que las especies de rápida
reproducción reemplacen a los
depredadores cuyas poblaciones se
agotan por exceso de pesca.
Myers comenzó a trabajar en
el informe hace diez años,
recolectando sólo información
de peces que son comercializados en
latas.
La información incluye la
pesca japonesa entre 1952 y 1999 con
el más extenso engranaje utilizado
en mar abierto para atrapar atún,
peces espada y aguja.
Los engranajes, extensas líneas
para pescar, flotan con ganchos que
cuelgan verticalmente hacia abajo,
atrapando también otros numerosos
objetos en el camino.
Apenas terminada la Segunda Guerra
Mundial, mientras comenzaban a expandirse
mundialmente los grandes barcos pesqueros,
no se sabía que las reservas
marinas de pescados estuvieran sobreexplotadas
y los japoneses recogían 10
peces por cada 100 ganchos.
Ahora tienen suerte si consiguen
uno por cada 100, dijo Myers.
El informe utilizó otra investigación
para verificar los resultados y los
extendió a otras especies.
Michael Sissenwine, titular de ciencia
marina en la Administración
Nacional de Océanos y Atmósfera,
coincidió en que la pesca puede
provocar grandes reducciones en la
población de peces de una manera
rápida, pero alertó
que no se deben sacar conclusiones
abarcativas de manera apresurada.
"No hay nada que nos asegure
que la información que ellos
están utilizando es representativa
de todas las poblaciones del mundo",
dijo, y agregó que en general
la pesca reduce la población
de las especies en un 50%.
"Por otra parte, no deberíamos
concluir que una reducción
sustancial es un problema", expresó.
"El hecho es que no deberíamos
pensar que podemos tener pescaderías
y dejar al ecosistema en un estado
impecable".
15 de mayo de 2003
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