Corcovado, a cien kilómetros
al sudoeste de Esquel, es un pueblo
cordillerano de la provincia del Chubut
en el que viven alrededor de mil quinientas
personas. Podría ser un santuario
para los bosques de lenga, ciprés
y ñire, pero no lo es. La explotación
forestal poco a poco deja sus huellas
allí, como a lo largo de todo
el bosque andino patagónico.
Algunos pobladores se mantienen indiferentes
ante ello, otros intentan frenarlo.
Hugo Rodrigues es ingeniero forestal
y miembro de la agrupación
ambientalista Comunidad Cuenca del
Corcovado. Ha escrito muchos artículos
en diferentes revistas ambientalistas
y publicaciones regionales sobre las
consecuencias socio-ambientales de
la explotación forestal. Algunas
de sus denuncias sobre la tala del
bosque nativo en esa región
sacudieron a la sociedad chubutense,
como la devastación producida
en el lengal de Rincón del
Aceite.
Pero las motosierras no siempre se
detienen ante la evidencia, en esta
entrevista Rodrigues explica por qué
cree que "la degradación
empieza en la tierra y sigue en la
sociedad".
- ¿Qué se entiende
por "cantera forestal"?
- La cantera forestal tiene que ver
con una modalidad minera de trabajo.
Se toma el bosque como el lugar del
que se extrae madera y punto, no importa
mirar de qué modo, ni de dónde.
Y las consecuencias se las nota, ves
cómo nos estamos comiendo los
ladrillos de la casa.
- ¿Y cuáles son
las consecuencias socio-ambientales
de la "cantera forestal"?
- Esto lleva a que haya una real
emigración del campo, de lugares
que antes eran más productivos
y que por la explotación desmedida
va quedándose empobrecida la
tierra y las pasturas no son lo que
eran antes. Una hectárea o
una equis cantidad de tierra no soporta
la carga animal que antes sí
aguantaba y la gente tiene cada vez
menos.
Hay detalles que son interesantes.
El maitén es un árbol
nativo cuya intangibilidad no está
tabulada legalmente, pero sin embargo
socialmente está establecido
que no se lo toca. Y no se toca porque
el maitén es una especie forrajera
que en épocas difíciles
se lo tiene como un as que te saca
del apuro cuando no hay pasto, cuando
vino una sequía fuerte o una
nevada. Y el detalle es que hoy por
hoy, ves los maitenes super saqueados,
cortados. Se le da duro porque escasea
el pasto en todo momento.
- ¿Por qué influye
en la pastura?
- El bosque protege el suelo. Debajo
del bosque crece el pasto tierno y
fresco, porque el lugar conserva la
humedad. Cuando se hacen talas rasas
de ñire, por ejemplo, al poco
tiempo el lugar se transforma en un
acaenal - la acaena es una especie
de abrojo -. Y después, si
hay sobrecarga animal, aparecen otras
cosas peores.
Acá no hay trabajos técnicos
de extensión con la gente,
decirle: "usted puede trabajar
en este campo con una determinada
carga" o "usted puede sembrar
una pastura", darle alternativas.
Entonces la gente mete animales hasta
que no de más la tierra y cuando
no dio más no hay más
animales.
Ahí se completa todo el proceso:
la degradación empieza en la
tierra sigue en la sociedad. (Según
un informe elaborado por el Hospital
Rural de Corcovado en enero de 1999
en los últimos años
se registraba en la zona un marcado
descenso demográfico, un alto
índice de necesidades básicas
insatisfechas y sólo el 23
por ciento de la población
económicamente activa tenía
trabajo estable.)
- Si bien parece evidente el efecto
de la degradación del suelo
en la sociedad, no se habla muy a
menudo de eso. Como si la degradación
del ambiente no afectara el desarrollo
cotidiano del hombre.
- Es una relación que se da
en el tiempo y que la gente no termina
de descubrir. Por ejemplo acá
la calefacción es tan importante
como el alimento, si no tenés
un palo de leña para echarle
a la estufa fuiste. Pero no hay un
control, una guía, nada. La
Dirección de Bosques no te
va a decir: "bueno, tenemos esta
posibilidad...", porque existe
la posibilidad de tener un monte leñero
que se maneje a perpetuidad. Esto
es, sacamos de tal manera que haya
una tasa de recuperación del
monte que permita su preservación.
Acá no, acá se corta
leña verde, se hace tala rasa,
y en ese mismo lugar después
las vacas ramonean (comen los renuevos)
y no hay posibilidad de regeneración.
- Se crea un círculo vicioso:
el único medio de calefacción
para la gente sin recursos es la leña
y su pobreza está relacionada
con la sobreexplotación del
bosque.
- Es todo un tema porque no se apunta
verdaderamente a mejorar la calidad
de vida. Y no estoy hablando de que
traigamos el gas natural (a Corcovado),
estoy hablando de mejorar el cerramiento
de las viviendas. Hay rendijas entre
las maderas (de la casa)... podes
quemar todos los palos que quieras
pero te vas a cagar de frío
ni bien se apagó la estufa.
Eso lo padece cualquiera que vive
en una casa mal aislada.
Un trabajo a realizar, que podría
ser tan importante como el control
médico de una criatura u otros
planes sanitarios, es hacer más
eficiente la calefacción. Sería
un tema interesante para abordar desde
el punto de vista social, porque hay
una íntima relación
entre la cantidad de leña que
usas, la manera en que te calefaccionás
y cómo está aislada
tu vivienda.
La manera en que se calefacciona
habitualmente la mayor parte de la
gente es con un fogón. Y el
fogón es lo más antiecológico
que hay, porque vos podes tirar la
(cantidad de) leña que quieras
ahí adentro, pero eso es un
pulmón que cuando se apagó
el fuego te chupó todo el calor
que habías estado generando.
- Frente a este problema el Estado
responde distribuyendo leña.
¿Y a quién le compra
la leña?
- El Estado le compra leña
a los acopiadores, que tienen convenios
con los dueños de los campos
y que son los que llevan la mejor
parte.
Estos acopiadores tienen sus cuadrillas
de gente. Y hay una cosa interesante
para señalar. La mayor parte
de la gente que está en el
campo cortando leña con la
motosierra, aguantando la vibración
de la máquina y el humo, generalmente
es chilena. Hay como una "chilenización"
(del manejo del bosque) en esta zona.
El tema de "limpiar" el
campo sacando madera. "Sacando"...
¡quemando!. Es un fenómeno
que tiene que ver con las características
que tiene el bosque del otro lado
de la Cordillera.
Del otro lado se descarga la humedad
del (Océano) Pacífico
y nosotros recibimos lo que sobra.
Del lado chileno hay mucha profusión,
mucha energía, mucho crecimiento
de la vegetación y la gente
tiene que estar realmente peleando
con eso. Sale con el machete. De hecho
las quemas se hacen o se hacían
para abrir un espacio donde poder
vivir. Y cuando esta gente viene de
este lado sigue con esa estructura,
pero de este lado es distinto, es
un ecosistema mucho más frágil,
muy difícil de recuperar y
regenerar.
Es como que calza todo, porque tenemos
el leñador o motosierrista
que es chileno y viene con esa tradición.
A eso se suma la ambición del
acopiador y el dueño del campo,
al que le viene bien "limpiarlo".
Es más, en un momento había
subsidios del Banco de Provincia para
que los productores o terratenientes
"limpiaran" sus campos.
La cuarta pata de este problema es
la total ausencia del Estado, sería
una no-pata. Por un lado es el Estado
el que de algún modo fomenta
este sistema al no generar una alternativa
y por el otro no controla lo que se
corta, cómo se corta, hasta
dónde se corta.
11 de mayo de 2003
Fuente:
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