El dicho en el
cual se comenta que el hombre es el
único animal que tropieza dos
veces en la misma piedra, no sólo
es una realidad, sino una práctica
habitual y nefasta que lo está
llevando a garantizar su propia extinción
como especie depredadora.
Hace más de una década,
se celebró, por primera vez
en la historia de la humanidad, una
reunión de todos los jefes
de estado del mundo para poner sobre
el tapete el grave problema medioambiental
que desde hacía años,
grupos ecologistas llamados "revolucionarios
del progreso, panda de hambrientos,
melenudos antisociales, etc."
habían dado la voz de alarma
apoyados por informes serios que ninguna
comunidad científica quiso
sorprendentemente apoyar.
Esta cumbre sin precedentes, demostró
que efectivamente se estaba produciendo
un deterioro en el clima, en el agua,
en el aire, en la tierra y que este
cambio estaba afectando seriamente
la salud de las personas, la salud
de los ríos y de la tierra,
estaba haciendo tambalear los pilares
de la economía mundial. Durante
los días que duró la
cumbre, se formularon decenas de propuestas
para combatir los efectos que el hombre
había producido de forma abierta
y descarada, se presentaron infinidad
de informes científicos que
apoyaban los ya existentes por los
grupos ecologistas y que no dejaba
lugar a la duda, se analizaron situaciones
alarmantes como el agujero de la capa
de ozono, la tirada al mar de los
residuos radiactivos, la desaparición
de los caladeros de pesca por la práctica
abusiva de su explotación,
etc. ¿Conclusiones?. Se dieron
numerosos códigos de conducta,
se crearon grupos de seguimiento del
estado de la tierra, se elaboró
una carta dirigida al mundo, ...nada.
Al final nada.
Han pasado los años y los
problemas medioambientales han aumentado,
el cambio climático se acelera
sin remedio, no se han puesto soluciones
a numerosos problemas prioritarios
relacionados con nuestro medio ambiente
y lo que es peor de todo, no sólo
no hemos solucionado nada, sino que
los conflictos bélicos internacionales
han aumentado, las guerras han proliferado,
el hambre en el mundo se ha extendido,
la solidaridad mundial ha caído
en un profundo pozo sin salida, los
niños siguen muriendo de hambre
y millones de personas emigran fuera
de sus orígenes en una de los
mayores éxodos jamás
conocidos en la historia escrita.
Johannesburgo, la llamada segunda
cumbre de la tierra, ha sido un fracaso.
Los datos son abrumadores. La especie
humana está destruyendo el
entorno en el que vive en el mayor
error de sus errores, el suicidio.
Esta reunión, que debería
haber sido más importante que
la realizada hace diez años
por presentarse signos reales que
en Río sólo se diagnosticaban,
ha quedado en el recuerdo sin haber
tenido un amplio despliegue informativo
y sin que algunos "líderes"
internacionales, se hayan dignado
a presentarse.
La especie humana está catalogada
como un error evolutivo, un atropello
para la humanidad y las generaciones
futuras que tienen el derecho de vivir
en un mundo solidario y no cambiante,
en una tierra que les dé todo
lo necesario para vivir y poder preservar
el medio para los que aún faltan
por nacer y así disfrutar del
ciclo maravilloso de la vida.
La falta de avances en Johannesburgo
se ha venido fraguando a lo largo
de los diez últimos años
de incumplimiento de los compromisos
en todos los ámbitos, desde
el local al internacional. ¿Quién
nos ata de esta manera? ¿Quién
está robando nuestro futuro?
¿Qué sucios intereses
económicos se esconden tras
este desastre humano, tras este genocidio
inhumano protagonizado por el poder
económico?. Los gobiernos del
mundo no pueden esperar otros diez
años a volver a reunirse para
constatar que las cosas van de mal
en peor.
Existen problemas claros y soluciones
evidentes. El proceso de Kioto es
sólo un paso tímido
hacía un futuro mejor, es una
gota de agua en un mar agitado. Debemos
de proteger nuestra biodiversidad,
conservando los ecosistemas, sin destruir
nuestras costas, utilizando recursos
de manera más eficiente. Exijamos
que se reduzcan los residuos y se
mejoren los transportes públicos.
Pidamos a nuestros políticos
que la conservación del medio
ambiente no es un capricho de unos
pocos, sino la necesidad de una especie
por sobrevivir.
Koloa Talake, primer ministro de
Tuvalu, un país perdido en
el pacífico y que viven sobre
un atolón, anuncia que se está
hundiendo, que las aguas amenazan
a inundar a su país como consecuencia
del deshielo de los polos causado
por el cambio climático. Nueva
Zelanda es el país que posiblemente
acoja a esta nación, tras la
negativa de otros como Australia.
El Primer Ministro anuncia que va
a llevar al Tribunal Internacional
a los países responsables.
El atolón se encuentra en máxima
alerta y se está preparando
un masivo traslado de expatriación.
Hace 50 años, los edificios
se encontraban a más de 50
metros sobre el nivel del mar. Hoy
solo se encuentra a tres. Esto es
una realidad que no debemos olvidar,
ni esconder la cabeza en el agujero
de la verdad para no reconocer el
cambio climático.
En 1998 se registró la temperatura
superficial oceánica media
más alta jamás medida.
Según pasan los años,
este efecto aumenta.
Hay estudios que demuestran que los
animales y plantas ya están
también mostrando los efectos
de este cambio.
Seguiremos observando como el cambio
climático avanza y nos enfrentaremos
cada vez más, a los problemas
de salud derivados de la agricultura
intensiva mediante el empleo de insecticidas,
de carnes saturadas de antibióticos,
del agua más pobre en calidad
y deformada por el cloro, y una larga
lista que todos conocemos pero que
callamos, ante la información
evidente de nuestro propio suicidio,
de nuestra muerte prematura, de una
extinción anunciada y porque
no, de un error evolutivo.
Tal vez la tierra haya encontrado
la forma de liberarse del hombre dejando
que se autodestruya. Bien saben los
ecólogos, que la pérdida
de un ecosistema lleva aparejada la
desaparición de la mayor parte
de las especies que viven en él.
Pero detrás vienen otras, que
se adaptan a las nuevas condiciones.
¿Necesita la tierra este cambio
para que sea colonizada de nuevo por
una especie evolutiva superior que
la respete y ame?.
28 de mayo de 2003
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