Los habitantes
del pequeño pueblo de San Ramón,
ubicado en California-Estados Unidos,
observaron una manifestación.
Esta comunidad es la sede de la multinacional
petrolera Chevron-Texaco.
Entre 25 y 50 personas
marcharon gritando consignas. El reclamo
fue para que la empresa petrolera
repare los daños ambientales
que causó durante su operación
en la Amazonia del Ecuador. Entre
los activistas estaban 12 representantes
de los "afectados" ecuatorianos
por la Texaco en el país y
un grupo de ecologistas estadounidenses.
El objetivo de la marcha fue el pedir
una reunión con el presidente
ejecutivo de la Chevron-Texaco, David
O´Reilly. Los activistas llegaron
hasta las puertas de la compañía
pero no pudieron ingresar.
"La justificación que
se dio es que el auditorio no tenía
capacidad para todos. Es inadmisible
pensar que una petrolera que maneja
billones de dólares no tenga
espacio para doce personas",
acotó Steven Dozinger, abogado
de los demandantes en EE.UU..
Luis Yanza, coordinador del Frente
de Defensa de la Amazonia, indicó
que lograron entregar una carta dirigida
a O´ Reilly en la cual le explicaban
"los impactos que realizó
y las consecuencias de la extracción
petrolera de la Texaco en la Amazonia".
"Este es el primer día
de lucha. Mientras caminábamos,
varias personas se acercaron para
averiguar qué pasaba, nosotros
les explicábamos y nos daban
su apoyo".
El dirigente amazónico recalcó
que la reunión con el petrolero
no tiene el objetivo de negociar nada.
"Solo queremos informarle que
aún sufrimos las consecuencias,
con contaminación y muerte,
de la tecnología obsoleta que
utilizó la Texaco en nuestra
tierra".
15 de mayo de 2003
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