Los gorriones, las
palomas y los tordos dejaron de ser
las aves exclusivas en el cielo citadino.
En la última década,
los especialistas observan que los
benteveos, horneros y los carpinteros
se han animado a trasladarse a la
ciudad. También se han visto
pititorras, cabecitas negras y chimangos
en plazas del Gran Mendoza. Mientras
que las calandrias se han retirado
y ya casi no se ven en los barrios.
El avance de estas aves autóctonas
y el retroceso de especies exóticas
como el gorrión se registró
en forma progresiva desde hace ocho
años. Aunque no hay estadísticas
y tampoco se conocen las razones,
el veterinario Manuel Godoy -durante
la presentación del CD Re conociendo
a las aves de Mendoza, en el Cricyt-
comentó que están anidando
en la ciudad, sin perder sus costumbres.
Como parte del proyecto Pichón,
Manuel Godoy y Roberto Campoy reunieron
en una guía digitalizada a
la mayoría de las aves que
habitan en Mendoza. Con cuadros, esquemas,
más de 200 fotografías
y 155 fichas técnicas sobre
la avifauna local. El CD se ofrece
como un elemento de consulta
para los que se inician en el placer
de observar las aves y también
para quienes ya lo disfrutan.
Godoy tomó como referencia
las investigaciones locales y la literatura
nacional sobre la fauna avial para
describir las especies. Además
de los datos que habitualmente se
encuentran en las guías (como
características, nidificación,
alimentación, hábitat)
se puede encontrar la distribución
geográfica en el país
y en la provincia por departamento.
Según los datos de la ornitóloga
de la unidad de Zoología y
Ecología Ambiental del Cricyt,
Elba Pescetti, en la provincia conviven
más de 300 especies de aves,
de las cuales 55 se encuentran en
la Capital y sus alrededores. Es
decir -documenta la guía- que
casi el 30 por ciento de las aves
que habitan en el país están
en Mendoza, con la particularidad
de estar geográficamente en
un lugar que permite la confluencia
de especies de la Patagonia, de los
Andes, del Norte, de la región
pampeana y también de especies
migratorias que pasan por el territorio.
Esto convierte a la provincia en
uno de los centros de avistaje más
rico del país. Además,
la gente está muy concientizada,
destacó Elba Pescetti, quien
desde hace 10 años forma observadores
de aves.
Gracias a los grupos de avistadores,
cada año se descubren nuevas
especies. Así se pudo confirmar
en barrios y plazas del Gran Mendoza
la presencia de aves que eran exclusivas
de las zonas rurales. Hace unos
7 años sólo se veía
al carpintero real en Potrerillos,
pero últimamente es mucho mas
frecuente verlo en áreas suburbanas
y espacios verdes urbanos del Gran
Mendoza, señala el CD.
Según la publicación,
el carpintero real ya es un habitante
más en Luján y también
se lo encuentra en Godoy Cruz y Guaymallén.
Puede ser que se sientan atraídas
por bolsones de microclima dentro
de la ciudad, justificó
Godoy tras comentar que tampoco hay
una explicación científica
para la retirada de los tordos que
hacían imposible el paseo por
el kilómetro cero. En
la avenida San Martín de la
Capital, desde el 1.000 al 1.300,
existe un grupo de plátanos
-dice la guía-, que durante
muchísimos años albergó
a una nutrida bandada de tordos. A
pesar de muchos intentos de comerciantes
y municipales, no lograron erradicarlos.
A partir del año 1994 se dividieron
en varios grupos, pero en la misma
zona. Curiosamente el año pasado
y este se noto su ausencia, sin explicación
razonable.
22 de octubre de 2003
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