Son seis glaciares
que han perdido cientos de kilómetros
de superficie.
Los campos de hielo
como los investigados ahora
en la región patagónica
de Chile y la Argentina al igual
que todos los glaciares de montaña
son reservorios de agua potable. Otros
glaciares cercanos también
están notando su deterioro,
según alertaron científicos
del Conicet y del Instituto Antártico
Argentino meses atrás.
En marzo, dos científicos
argentinos comunicaron que habían
encontrado evidencias firmes para
advertir que si las barreras de hielo
de la Antártida siguen desintegrándose
como hasta ahora, el nivel del mar
podría llegar a crecer hasta
siete metros. Y las áreas costeras
de diferentes regiones del planeta
podrían inundarse.
Los científicos Pedro Skvarca
y Hernán De Angelis, que trabajan
en la Instituto Antártico Argentino,
hallaron que cinco glaciares de la
Antártida se han vuelto inestables
y han retrocedido. Sugirieron que
esas modificaciones se habrían
producido como consecuencia de que
en el año 1995 se desintegró
una barrera de hielo a la que alimentaban,
la Larsen A, que era como un glaciar
flotante situado al nordeste de la
Península Antártica.
En tanto, científicos de un
centro de investigación del
Conicet también han llamado
la atención sobre un glaciar,
el Martial, un atractivo turístico
de Ushuaia. Según un estudio
realizado por Jorge Strelin y Rodolfo
Iturraspe, ese glaciar, al que se
accede en una aerosilla, perdió
70 hectáreas de hielo en los
últimos cien años, teniendo
en cuenta fotografías históricas
que se guardan en el Museo del Fin
del Mundo y otros documentos.
Su retroceso fue más drástico
durante el período 1970-2000:
el glaciar Martial perdió 26
hectáreas de su superficie
original entre los años 1898
y 1970. Mientras que a partir de 1970
en adelante perdió otra porción
más: se fueron otras 44 hectáreas
de hielo. Actualmente, el glaciar
sólo ocupa 23 hectáreas.
Según dijo ayer Strelin, el
adelgazamiento de los glaciares, como
el Upsala de Santa Cruz o el Martial,
provocaría cambios en todos
los ecosistemas cercanos.
"Las masas de agua dulce que
actualmente se derriten y escurren
al mar (provocando su ascenso) se
salinizan, dejan de ser agua potable
explicó. Si la
masa de hielo que se pierde es mayor
a la que se recupera a través
de la caída de nieve, el balance
glaciario regional es negativo ".
El especialista opinó que
el impacto del deterioro de los Campos
de Hielo Patagónicos, podría
producir una "fuerte aridización
de las zonas inmediatas a los glaciares,
con la consiguiente desaparición
de especies vegetales y animales".
17 de octubre de 2003
Fuente:
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