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El
Kremlin aún tiene
que tomar una decisión. |
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La Conferencia Mundial
de Cambio Climático, celebrada
en Moscú, terminó sin
resultados concretos y con fuertes
críticas a sus organizadores,
el gobierno de Rusia.
Después de cinco días
de conferencia, las "acaloradas
discusiones" acerca del protocolo
de Kyoto, fue uno de los puntos más
resaltantes del comunicado final.
Por otro lado, se mencionó
asimismo la contribución que
harán los científicos
rusos para informar acerca de futuros
debates acerca de calentamiento global.
El evento estaba considerado como
una oportunidad para que científicos
del mundo presenten y discutan sus
recientes investigaciones acerca del
cambio climático.
A pesar de esto, la semana se vio
empañada con las crecientes
dudas que si el presidente de Rusia,
Vladimir Putin, iba a ratificar su
compromiso de reducir la emisión
de gases con efecto invernadero.
Sin Rusia, el protocolo fracasaría
por completo.
El mismo presidente Putin creo la
expectativa cuando en su discurso
inaugural el lunes, señaló
que su gobierno aún estaba
estudiando los pros y los contra del
tratado.
Putin señaló que solo
se tomará una decisón
de ratificar el acuerdo, cuando se
termine con la evaluación.
Estas declaraciones hicieron que
muchos de los participantes se sintieran
frustrados porque tenían la
esperanza que se avanzara con el protocolo
de Kyoto.
La situación se puso aún
más delicada, cuando uno de
los principales asesores del presidente
ruso intervino criticando varios puntos
del acuerdo.
Andrei Illiarionov, que asesora a
Vladimir Putin en política
económica, dio a conocer sus
dudas.
Según Illiarionov el tratado
"condenaría a Rusia a
la pobreza y al retroceso".
Sus argumentos señalan que
la ambición de Rusia de duplicar
su economía en una década,
se vería afectada si que se
sigue con los lineamientos del protocolo
de Kyoto.
Según el tratado, es necesario
que el nivel de la emisión
de gases con efecto invernadero en
el 2012, sea el mismo que en 1990,
aunque actualmente es 32% menos debido
al colapso de la industria tradicional.
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La
mayor parte de la industria
rusa ha desaparecido desde
el colapso del régimen
comunista. |
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La posición de Illiarionov
fue rechazada por Michael Grubb, un
experto en el tema de la universidad
Imperial College en Londres.
Grubb señaló : "Cuando
analizamos Europa Central, descubrimos
que hasta en las economías
en transición más avanzadas,
la emisión de gas con efecto
invernadero son bastante escasas".
"La razón es muy simple:
estas viejas economías son
bastante deficientes, y en el proceso
de reestructuración se está
acabando con las emisiones provenientes
de antiguas plantas industriales".
"No veo ninguna razón
porque el caso de Rusia sería
diferente".
Durante estos días de conferencia,
también hubo la participación
de algunos miembros del gobierno ruso
que dieron una visión más
esperanzadora acerca de cual sería
el impacto en el país, si es
que Rusia ratifica el protocolo.
A pesar de esto, los comentarios
de Putin y sus principales asesores
fueron los que tuvieron más
eco.
Entre los críticos de la conferencia
estaba John Lechery, un activista
de la Sociedad Protectora de Aves.
"Muchos vinimos aquí
para escuchar y discutir la información
nueva de los científicos rusos",
señaló Lechery.
"Sin embargo, Rusia a usado
cínicamente la conferencia
para jugar su carta de Kyoto".
Y agregó: "Lo mejor de
la conferencia ha sido que los escépticos
del cambio climático han visto
sus argumentos destruidos".
Aunque para algunos la conferencia
es interpretada más como un
consuelo, otros observadores sienten
que fue útil para que el gobierno
de Rusia discuta abiertamente el protocolo
de Kyoto.
3 de octubre de 2003
Fuente:
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