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Una
tortuga marina ha quedado
atrapada en una de las redes
que vagan abandonadas por
el fondo de los oceános. |
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Las redes se encuentran
entre los 7 y 15 metros de profundidad
y en su avance atrapan aves acuáticas,
focas, tortugas marinas y otros animales
en peligro.
Por primera vez, los científicos
han combinado imágenes de satélite,
sofisticados modelos digitales y búsquedas
aéreas para localizar acumulaciones
de residuos y escombros en el mar
que pueden ser muy peligrosos para
la vida marina.
El equipo de investigadores de la
Administración meteorológica
de Estados Unidos (NOAA) -que contó
con la colaboración de la NASA,
universidades e industrias- realizó
el proyecto durante el pasado verano
en la costa oeste de Estados Unidos,
recorriendo el Pacífico desde
Oregón hasta Alaska, para lo
que se valió de imágenes
de satélite y modelos de circulación
oceánica con el fin de indicar,
con toda precisión, las áreas
potenciales donde podía ser
más probable que se acumularan
estas basuras. Posteriormente, sobrevolaron
estas zonas con una avioneta bimotor
equipada con un paquete instrumental
desarrollado por el Laboratorio de
Tecnología Medioambiental para
la inspección oceánica
de NOAA.
Los sensores de imagen, tanto visibles
como térmicos, los radiómetros
de la temperatura de la superficie
oceánica y del color del mar
se unieron a través de un software
para detectar objetos flotantes tanto
en la superficie como bajo ella. "Esto
realmente nos ha ayudado a delimitar
nuestra búsqueda, de suerte
que no hemos tenido que escanear todo
el Pacífico", dijo James
Churnside, investigador jefe de este
proyecto.
Las imágenes tomadas por el
equipo de investigadores (una de ellas
ilustra esta página) dieron
muestra de la cantidad de residuos
que pueden encontrarse en nuestros
océanos, la mayoría
procedentes de las pesquerías
industriales, la industria maderera
y de vertederos. Redes y bolsas de
plástico representan una gran
amenaza para la vida marina pues se
enredan en animales y también
en los arrecifes de coral.
Materiales traslúcidos
y sintéticos
A lo largo de la costa de Alaska,
la mayor amenaza es el abandono de
redes de pesca que se sumergen en
el océano y atrapan todo lo
que encuentran a su paso. Muchas de
estas redes están elaboradas
con materiales traslúcidos
y sintéticos, por lo que se
sumergen lentamente y además
son muy difíciles de distinguir
por los animales. Las redes se encuentran
aproximadamente entre los 7 y 15 metros
de profundidad. En su viaje a la deriva
atrapan aves acuáticas, tortugas,
focas y otros animales ya de por sí
en peligro.
Un proyecto de riesgo
En el futuro, los investigadores
esperan estudiar la zona de convergencia
del Pacífico Norte subtropical,
un área al norte de las islas
Hawai. Muchos de los arrecifes de
coral en América del Norte
están alrededor de este archipiélago.
"Si podemos detectar los desechos,
especialmente las redes que van a
la deriva por los oceános,
podemos quitarlas antes de que dañen
los arrecifes", dijo Churnside,
lo que por otra parte es una empresa
arriesgada pues hay que sumergirse
y cortarlas a mano con mucho cuidado
para no dañar el coral.
Este experimento demuestra que es
posible usar modelos y satélites
para anticipar en qué áreas
se van a acumular estos residuos,
lo que permite estar preparado para
extraerlas lo más rápidamente
posible del mar.
27 de octubre de 2003
Fuente:
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