El mastodonte americano,
un pariente de grandes colmillos de
los elefantes, habitó una gran
parte de Norteamérica hasta
su extinción hace apenas 10.000
años. Comían básicamente
plantas, y se les muestra habitualmente
como animales pacíficos. Sin
embargo, podrían haber poseído
un lado agresivo.
Para llegar a esta conclusión,
un grupo de expertos liderado por
el paleontólogo Daniel Fisher,
de la University of Michigan, ha realizado
una serie de estudios sobre los posibles
daños óseos presentes
en los restos fósiles de grandes
machos de esta especie.
Se han creado gráficos tridimensionales
por ordenador que, tras un profundo
análisis, sugieren que algunos
de estos animales murieron por las
heridas producidas por los colmillos
de otros machos.
La principal evidencia de la existencia
de combates mortales consiste en la
presencia de áreas de hueso
del cráneo perforadas, normalmente
por un solo lado, detrás del
ojo y bajo la región de la
mejilla. Para ocasionar una herida
en este punto, un colmillo debería
penetrar y atravesar una gran cantidad
de músculo, causando una extraordinaria
pérdida de sangre y daños
en los músculos que sirven
para masticar. Los mismos esqueletos
estudiados muestran otros signos de
violencia, como vértebras aplastadas,
lo que sugiere golpes paralizantes
en el lomo.
La estructura esquelética
de los mastodontes era incluso más
fuerte que la de los elefantes actuales,
de manera que sus colmillos debían
producir un gran daño. Hay
pruebas del uso de estos últimos
para el ataque y la defensa, ya que
los ligamentos que mantenían
a los colmillos en su sitio eran muy
grandes y resistentes, sirviendo también
para amortiguar los impactos.
Los paleontólogos no tienen
una idea clara de cómo luchaban
los mastodontes, ya que los colmillos
están curvados en forma de
espiral y suelen encontrarse por separado
de los cráneos. Esto dificulta
la visualización exacta de
los movimientos tridimensionales de
los colmillos y cráneos de
los oponentes durante la lucha. Fisher
usó modelos digitales, manipulados
por ordenador, para "evaluar"
diversos estilos posibles de lucha.
Conocer el comportamiento de los
mastodontes machos nos ayuda a ensamblar
una visión más amplia
de la ecología de tales animales.
Los científicos aún
debaten las causas de su extinción,
junto con la de los mamuts (otro pariente
de los elefantes), y la de muchos
otros grandes mamíferos de
finales de la Era Glacial. El cambio
climático, las enfermedades
y la cacería por parte de los
hombres pudieron ser factores que
intervinieron en su desaparición.
Ahora, las luchas entre los propios
mastodontes deberán tenerse
en cuenta como factor influyente en
su grado de mortalidad.
25 de octubre de 2003
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