Este año
se rompió antes de tiempo.
Está dividido en dos partes,
lo que normalmente sucede entre noviembre
y diciembre. Los científicos
investigan las causas de este comportamiento,
que consideran "anormal".
Desde hace unos
días no es un agujero de ozono
el que deja pasar los rayos ultravioletas
hacia el extremo sur del planeta Tierra,
sino dos.
Por primera vez
en al menos veinte años, el
temido agujero se ha roto antes de
tiempo -lo que normalmente sucede
entre mediados de noviembre y principios
de diciembre-, dando lugar a dos agujeros
menores y de tamaño similar.
"Las dos partes
del agujero actualmente se ubican
uno al oeste del Cono Sur y otro al
sur de Africa", comentó
el doctor Pablo Canziani, investigador
del Grupo de Atmósfera Media,
del Departamento de Ciencias de la
Atmósfera y los Océanos
de la UBA.
"Es probable
que el trozo que actualmente se encuentra
sobre el Pacífico oriental
se desplace por encima de la región
patagónica", agregó.
Sin embargo, aún es muy pronto
como para poder sacar conclusiones
o para predecir cómo se comportará
el agujero de aquí en más.
"Dependerá
de que uno de los segmentos del vórtice
vuelva a ubicarse sobre la Antártida
y se vuelva a fortalecer, generando
una región propicia para la
formación y mantenimiento del
agujero de ozono -apuntó Canziani-.
Si esto ocurre, el otro pedazo probablemente
se diluya en latitudes medias, generando
bajos niveles de ozono."
Un año
raro
La temprana ruptura
del agujero de ozono no es sino un
elemento más en un año
en el que este fenómeno atmosférico
se caracterizó por un comportamiento
bastante anormal.
"Este año
el agujero de ozono estuvo raro: fue
más chico que el año
pasado (aunque un día alcanzó
los 20 millones de kilómetros
cuadrados, su tamaño osciló
mayormente entre los 10 y los 15 millones)
y empezó a desplazarse fuera
de la Antártida bastante temprano",
explicó Canziani.
El menor tamaño
del agujero se traduce en una menor
destrucción de ozono que en
años anteriores. Sin embargo,
"es importante dejar en claro
que ese hecho no es un indicador de
que se esté resolviendo el
problema", concluyó Canziani.
Un fenómeno
variable
Según el
Real Instituto de Meteorología
de Holanda (KNMI), en el último
tiempo se detectó una lenta
disminución de la cantidad
de sustancias destructoras del ozono
en la atmósfera, pero esta
reducción no alcanza a explicar
la debilidad que el agujero presenta
este año. La única explicación
posible, apuntaron los científicos,
está en la variabilidad anual
de la circulación atmosférica
que influye en el tamaño y
la duración del agujero, que
fue descubierto en los años
80.
27 de setiembre de 2002
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