Un nuevo brazo
de la laguna se va formando por un
desborde lento. La situación,
aun controlada, no deja de ser preocupante.
Se suman las críticas al gobierno
provincial.
Aarón Castellanos.
- "La Picasa superó su
límite geográfico",
dijo el presidente comunal Eduardo
Salleras, quien todos los días
recorre diez kilómetros en
lancha para llegar hasta su oficina,
en la zona urbana del pueblo. Ahora
hay un nuevo brazo de la laguna que
"se va formando por un desborde
lento, tranquilo, casi equiparando
cotas", según describió.
A pesar de que por el momento la situación
no está fuera de control, el
futuro se presenta incierto ya que
la laguna sigue creciendo.
Una lengua de agua
comenzó a moverse hacia el
nordeste, con un frente de 50 metros
y unos 30 centímetros de profundidad.
Según Salleras, el lugar de
salida del líquido es el punto
que desde hace meses él se
encargó de sindicar como el
más vulnerable del espejo de
agua. Ahora la última barrera
para que el agua corra en pendiente,
es una loma de 105,8 de cota, ubicada
en la estancia de Pérez Companc.
Para que el agua
llegue a vencer a esa loma hay dos
estimaciones: 20 ó 40 centímetros,
según opinen la gente del lugar
o los técnicos provinciales
de Hidráulica. "Cualquiera
de las dos cifras se alcanza fácilmente
con una lluvia de 200 milímetros",
consideró Salleras. Si llegara
a superarse esa elevación el
destino del agua sería Teodelina.
Para neutralizar
ese peligro habría que activar
el canal conocido como alternativa
norte, del que en la actualidad apenas
se percibe su traza bajo la inmensa
masa líquida que se formó
con la unión de varias lagunas
de la región. "Si no se
encauza el canal y se colocan alcantarillas
sobre la ruta 14 y las vías
podría suceder la catástrofe
que todos tememos", auguró
Salleras.
Siempre en el plano
de la especulación, si el agua
de La Picasa superara la loma citada
se uniría con la laguna La
Infinita. En ese caso, hay que encauzar
el canal, poner las alcantarillas
y avisarle a Buenos Aires que el agua
va, explicó Salleras, y citó
un apunte que provendría de
Obras Públicas bonaerense:
"Ellos dicen estar tranquilos
porque el canal alternativa norte
está tan mal hecho que está
cerrando cualquier posibilidad de
desborde de La Picasa".
Para el intendente
de Aarón Castellanos, Salleras,
la canalización alternativa
norte se desvirtuó al modificarse
su traza original. "Ese bodrio
que hicieron de 18 kilómetros
para proteger los campos de Pérez
Companc es lo que evita un escurrimiento
franco de la laguna", disparó.
Canales clandestinos
Según Salleras,
el futuro no traerá un lecho
de rosas porque La Picasa sigue creciendo
todos los días. Además
aseguró que su territorio,
por estar aguas abajo, recibe el impacto
de los canales clandestinos que se
hicieron en la zona norte del distrito
de Rufino. "Los productores hicieron
canaletas a las calles, las que a
su vez funcionan como canales. Y nosotros
recibimos el agua mientras Hidráulica
está cruzada de brazos",
aseguró.
Para el funcionario,
esta situación es "típica
de la anarquía que se produce
cuando falta la presencia seria del
Estado en un problema tan grave como
este". En este sentido, volvió
a pedir la renuncia de los responsables
de la Dirección Provincial
de Obras Hidráulicas.
Diez kilómetros
en lancha para ir a la oficina
El hecho de que
el presidente comunal de Aarón
Castellanos deba recorrer diez kilómetros
en lancha para llegar desde el campo
en el que vive hasta la localidad
es consecuencia del corte del camino
construido como alternativa a la ruta
7. Se trata de unos 30 kilómetros
de traza de tierra que une a esta
localidad con Diego de Alvear, para
sortear los 14 kilómetros bajo
agua que tiene la ruta nacional, tramo
obviamente inutilizado.
"Es increíble
y muy sospechoso que la empresa Nuevas
Rutas haya permitido que el agua cortara
por completo ese camino alternativo:
fueron los únicos imbéciles
que no previeron que eso iba a suceder
y que no tomaron los recaudos para
evitarlo", tronó Salleras.
En su opinión, se dejó
inundar el camino alternativo porque
era la opción más barata
de las tres previstas para reemplazar
a la ruta inutilizada.
"Hace rato
que la empresa quiere hacer la obra
más cara para recomponer la
ruta y a pesar de hacer un lobby enorme,
ayudado por dirigentes de esta región,
no logró imponerla", enfatizó
Salleras. El proyecto impulsado por
Nuevas Rutas costaba unos 67 millones
de pesos y apunta a construir un terraplén
sobre el tramo anegado de la ruta
7, explicó el jefe comunal.
Pero la opción
elegida fue una tercera: se trata
de una media luna que sortea el tramo
inundado por una nueva traza, y que
según Salleras, ya debería
estar construida de no haber mediado
un fuerte lobby a favor de la obra
más cara.
Pero lo insólito
es que la presión aún
no terminó: "Hace pocos
días me llamaron desde la Jefatura
de Gabinete pidiéndome información
sobre las tres alternativas y sus
costos. Resulta que habían
ido de nuevo a la carga para hacer
la obra más cara". Salieras
apuntó otra curiosidad: "Cuando
se anunció la obra elegida
se llamó a licitación
y ganó una empresa que creo
es de Rosario, con 13 millones de
dólares, pero esa licitación
se anuló y se adjudicó
en forma unilateral a la empresa Nuevas
Rutas por 31 millones de pesos",
argumentó.
21 de noviembre de 2001
Fuente:
|