Calculan que
emergieron del mar hace 700 millones
de años. Esto es, 250 millones
más que la edad de los fósiles
más antiguos hallados hasta
ahora. Los científicos polemizan
sobre el nuevo dato.
Cuando las primeras plantas emergieron
de los antiguos mares de la Tierra
e iniciaron su vida fuera del agua,
llenaron de verdor el paisaje estéril
y prepararon el terreno para la llegada
de incontables animales y otros organismos.
Hace mucho los biólogos fijaron
la fecha de ese trascendental acontecimiento
alrededor de 450 millones de años
atrás, pero un nuevo estudio
publicado en la revista Science sugiere
que las plantas escaparon de los océanos
hace al menos 700 millones de años,
fecha radicalmente más temprana.
De hecho, este nuevo trabajo lleva
el origen de las plantas terrestres
tan atrás en el tiempo que,
según los autores, estas plantas
en realidad podrían haber desencadenado
acontecimientos decisivos que por
mucho tiempo se pensaron anteriores.
Uno de tales acontecimientos es la
famosa proliferación evolutiva
de los grupos de animales conocida
como explosión cambriana.
La nueva fecha de 700 millones de
años ya ha suscitado gran interés,
así como también saludables
porciones de incredulidad y desaprobación.
El equipo de investigadores, compuesto
en su mayor parte por estudiantes
universitarios de Penn State, fue
dirigido por el doctor Blair Hedges,
evolucionista molecular conocido por
usar información molecular
para tratar de subvertir las ideas
convencionales sobre la historia de
la evolución.
"Me pareció sumamente
interesante", dijo la doctora
Linda Graham de la Universidad de
Wisconsin, bióloga especializada
en la evolución de las plantas
que no tomó parte en el estudio.
"Es creíble, pero necesitamos
contar con otras pruebas que lo corroboren",
afirmó.
Hasta ahora, el registro fósil
no ha sido complaciente con la nueva
teoría: los fósiles
más antiguos de plantas terrestres
tienen una edad de 450 millones de
años.
Uno de los problemas de la nueva
fecha, dicen los investigadores, es
que implica que las plantas terrestres
existieron sobre la tierra durante
250 millones de años sin haber
dejado un solo fósil que los
científicos hayan podido desenterrar.
"No encaja", señaló
el doctor Brent Mishler, biólogo
de la Universidad de California en
Berkeley, especializado en evolución
de las plantas. Calificó de
anticuados los métodos de análisis
utilizados en el trabajo. La fecha
es tan inesperadamente temprana, agregó,
que "es algo que da lugar a sospechas".
El doctor Hedges reconoció
que los análisis demandaron
una buena dosis de correcciones y
aproximaciones, pero expresó
su confianza en el estudio. Respecto
de la fecha, dijo: "Creo que
es bastante segura".
El trabajo también es de interés
por ser el más nuevo de una
larga lista de estudios moleculares
que proponen fechas inexplicablemente
más antiguas que las que sugiere
la información fósil
para diversos grupos.
Algunos científicos dicen
que los datos moleculares probablemente
sean correctos y que los paleontólogos
deben esforzarse en sus excavaciones
para encontrar esos fósiles.
Otros sugieren que la información
molecular podría estar sesgada
hacia una sobrevaloración de
la edad.
Los investigadores a menudo calculan
la edad de los grupos utilizando los
así llamados relojes moleculares,
como se hizo en este nuevo estudio.
La lógica de los relojes moleculares
es simple: cuando dos grupos se separan
uno de otro -por ejemplo, cuando el
linaje humano se separó del
linaje chimpancé-, ambos grupos
empiezan a acumular diferencias en
su ADN y sus proteínas.
Cuanto más tiempo hace que
los dos grupos se separaron, más
diferencias acumularán entre
sí.
Si los investigadores saben cuándo
se separaron los dos grupos, quizá
empleando las pruebas fósiles
para fechar la separación,
pueden contar cuántas diferencias
se acumularon en el ADN de los grupos
durante esa cantidad de años.
Al saber cuántas diferencias
se han acumulado, por ejemplo, cada
tantos millones de años, los
investigadores pudieron calibrar su
reloj molecular. Entonces, sabiendo
el número de diferencias que
se han acumulado en el ADN de dos
grupos cualesquiera, los estudiosos
pueden calcular cuánto tiempo
ha transcurrido desde que esos linajes
se separaron.
Pero los investigadores aún
discuten si los relojes moleculares
funcionan de manera suficientemente
regular como para marcar edades precisas.
Análisis de hongos
En su estudio, el doctor Hedges y
sus colegas analizaron más
de cien secuencias proteicas previamente
publicadas para detectar las diferencias
acumuladas entre una serie de hongos
y plantas en el transcurso del tiempo.
En general, se piensa que las plantas
dieron el salto a la tierra acompañadas
de hongos, como los que hoy viven
en la raíz de la mayoría
de las plantas.
Usando un reloj propio de las proteínas,
los investigadores calcularon que
los hongos necesarios estuvieron presentes
hace más de mil millones de
años, creando la puesta en
escena indispensable para la evolución
de las plantas terrestres que surgieron
al menos 700 millones de años
atrás.
El doctor Blair dijo que el trabajo
sugiere que los biólogos quizá
deberían repensar la datación
de algunos de los grupos de plantas
más modernos, como las que
producen flores y especies como el
maíz y el arroz. "También
podría retrotraer estas fechas"
dijo, "y eso seguramente enfurecerá
a mucha gente".
La implicancia de más alcance
del nuevo estudio es la sugerencia
de los autores de que estas primeras
plantas terrestres quizá sean
responsables de uno de los hechos
evolutivos más famosos, la
así llamada explosión
cambriana de hace 530 millones de
años.
Anteriormente, algunos investigadores
habían sugerido que lo que
desencadenó esa rápida
evolución de las formas de
vida animales fue un aumento del oxígeno
atmosférico.
Los autores de este nuevo trabajo
sugieren que las plantas terrestres
son anteriores en el tiempo a ese
gran acontecimiento y bien podrían
ser la fuente de ese oxígeno
crucial.
El doctor John Taylor, micólogo
de la Universidad de California en
Berkeley -cuyo propio trabajo en una
serie más limitada de datos
moleculares ya había planteado
la posibilidad de que las plantas
terrestres tuvieran 600 millones de
años-, instó a los investigadores
a tener en cuenta el nuevo cálculo,
pero con cautela.
"Es una estimación",
dijo, mientras elogiaba el trabajo,
"y debe ser tratada como tal.
Nuestro trabajo no fue la última
palabra, y éste tampoco lo
será", agregó.
24 de diciembre de
2001
Fuente:
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