La Municipalidad
inauguró una planta para reciclar
residuos. Los cirujas trabajarán
en cooperativa.
El Trébol. - La Municipalidad
inauguró una planta de tratamiento
de residuos y transformó a
esta ciudad en la primera de la región
que invierte en un emprendimiento
de esta naturaleza y erradica los
tradicionales y nocivos basurales
a cielo abierto. El nuevo sistema
de reciclado, que entró en
funcionamiento ayer, permitirá
también dignificar el trabajo
de quienes frecuentaban hasta hace
pocos días el basural en busca
de objetos de valor: ahora tendrán
trabajo como empleados.
"Aspiramos a que realmente funcione
bien. Los problemas económicos
que nos aquejan nos obligaron a economizar,
de modo que la obra no es la que habíamos
proyectado inicialmente. Debimos reemplazar
algunas cosas pero creemos que va
a cumplir con la finalidad propuesta",
dijo el intendente Angel Mateo Rossi
en el acto inaugural.
Con esta planta, el intendente piensa
que se logrará un doble propósito:
un importantísimo saneamiento
ambiental de la población y
al mismo tiempo dignificar el trabajo
de mucha gente. Es que ocho empleados
que anteriormente cirujeaban, ahora
conformaron una cooperativa de trabajo
y recibirán como remuneración
lo producido en la planta de reciclado.
Las instalaciones, ubicadas en un
predio alejado de la planta urbana,
consisten en un cobertizo en el que
se montó una mesa para la selección
manual de la basura. Una vez clasificada
se ubica en distintos contenedores
y los materiales que lo permiten (cartón,
plásticos y metales) son prensados
en fardos de un metro cúbico
y luego estibados para la venta.
Los residuos orgánicos se
depositan en playones de hormigón
y tras el proceso de descomposición
se proveerá el compost resultante
para un emprendimiento de lombricultura
del que se obtendrá abono para
huertas orgánicas. Las ramas
se reducirán con una máquina
especial y el material patológico,
que tendrá un circuito de recolección
aparte, será lo único
sometido a procesos de incineración.
Inicialmente la planta se iba a construir
mediante un crédito del Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)
con una inversión prevista
de 70 mil pesos. Pero la crisis obligó
a realizar algunos cambios. Con mucho
ingenio y trabajo por parte de los
empleados municipales se construyó
la maquinaria necesaria para montar
la planta, lo que requirió
unos 20 mil pesos. Ahora resta construir
la mesa vibradora para separar automáticamente
el material orgánico del inorgánico.
13 de agosto de 2002
Fuente:
PÁGINAS
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