Los añosos
ejemplares pertenecían a un
monte detrás del campo de golf
del Club Mitre.
Pérez. - "Padre, dígame
qué le han hecho al bosque
que ya no hay árboles. En invierno
no tendremos fuego ni en verano un
sitio donde resguardarnos. Padre que
el bosque ya no es el bosque. Padre
antes de que oscurezca llene de vida
la despensa", dijo Joan Manuel
Serrat en uno de sus versos allá
por 1973.
Seguramente algunos perecinos no
escucharon nunca esta canción
titulada Pare (padre), o quizás
porque está en catalán
no la entendieron. Tal vez por eso,
en los últimos meses manos
anónimas talaron más
de 500 ejemplares de eucaliptos del
monte Mitre en la ciudad de Pérez.
Quizás ya sea tarde para esos
árboles de más de 20
metros de altura, hoy gigantes caídos
bajo la sombra. Pero tal vez todavía
se esté a tiempo para salvar
a los añosos eucaliptos que
se yerguen a los largo de siete hectáreas
que bordean la parte sur del campo
de golf del tradicional Club Mitre.
Según algunos lugareños,
el monte fue plantado por los ingleses
cuando construyeron los talleres ferroviarios
a principios del siglo pasado.
Un vecino de esta ciudad, Mario Angel
Iannicelli, denunció ante la
Municipalidad, el Concejo y la Secretaría
de Estado de Medio Ambiente y Desarrollo
Sustentable de la provincia sobre
la tala indiscriminada de los ejemplares
requiriendo "la intervención
urgente de los organismos para detener
la salvaje e impune depredación
arbórea".
"Este es un acto criminal. Es
un daño irreparable contra
el ecosistema y un atentado contra
la humanidad", dijo Iannicelli
luego de hacer un relevamiento en
el monte. "Entre las talas de
vieja data, los ejemplares destruidos
por acción del fuego y el viento,
y los que están cortando actualmente
faltan más de 500 árboles.
Si no se detiene este estrago, dentro
de un par de años sólo
quedará el recuerdo de este
monte", sentenció.
Iannicelli contó que descubrió
la tala hace unas semanas cuando comenzó
a realizar caminatas y paseos en bicicleta
por la zona. "Al principio le
comenté a mi esposa que esto
era una lástima, pero cuando
vi talas recientes y de ejemplares
pequeños me di cuenta de que
los hachaban y los cortaban en trozos
pequeños para llevárselos.
Si fuera para mitigar el frío,
vaya y pase, pero esta cantidad sólo
se puede llevar para comercializarla.
Alguien está lucrando impunemente
con el patrimonio de todos",
dijo.
Sostuvo que hace unos días
presentó una nota en el Concejo
para que, entre otras cosas, "intime
al Departamento Ejecutivo a reponer
los ejemplares perdidos ya que la
Municipalidad es responsable de este
acto, ya sea por omisión o
por ineficiencia. También sugerí
que debería declararse a este
lugar como reserva ecológica
municipal intangible y exigir a la
Municipalidad el alambrado del predio
y la instalación de cartelería
de advertencia apropiada".
Procedimiento policial
Asimismo, fuentes de la comisaría
22ª confirmaron que hace unos
días se realizó un procedimiento
en el que fueron detenidas cuatro
personas que estaban talando árboles
en el monte. "Los sujetos, al
advertir la presencia de personal
policial escondieron las hachas en
la maleza. Luego de trasladados fueron
identificados, se les secuestraron
las herramientas y los leños
fueron remitidos al municipio, que
tiene la custodia del lugar",
precisaron.
Soberbio
Mario Angel Iannicelli contó
que varias veces intentó dialogar
con el intendente Fernando Ramírez,
pero vanos fueron sus intentos ya
que "el funcionario no tiene
amigos y no atiende a nadie. Es un
soberbio", señaló.
"Hace cuatro años que
llegué a Pérez -agregó-
para alejarme de la vorágine
de Capital Federal. Quise presentarme
al intendente, al que administra el
dinero que pago en calidad de tasas
pero no tuve suerte. Soy un hombre
curioso y observador, y me hubiera
gustado contarle algunas ideas que
tengo".Iannicelli dijo que cuando
fue por primera vez a la Municipalidad
lo atendió una secretaria que
es de Rosario. "Ella no me creyó
que sólo quería saludar
al intendente por lo que me dijo que
yo tenía que tener algún
problema. No me dejó verlo
y me dijo que pida una audiencia.
Eso sí, debía pagar
3,50 pesos de sellado. Por supuesto
que no los pagué. Gasté
cinco en el correo y le mandé
una carta documento que hasta el día
de hoy no contestó", se
quejó el vecino.
16 de agosto de 2002
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