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Algunos
de los 16 inte-grantes de
Oikos. En-señan y
asesoran. |
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Se involucraron en el conflicto generado
por la extracción de petróleo
en Llancanelo. Ayudaron a los vecinos
en el caso de los transformadores
contaminantes de Kilómetro
8. Analizaron el impacto ambiental
del vaciamiento de la presa Los Reyunos.
Crearon programas de difusión
para que todos conozcamos un poco
más sobre el medio ambiente
y los peligros que lo amenazan. Y
todo este trabajo dio sus frutos:
los integrantes de la ONG mendocina
Oikos Red Ambiental, acaban de ganar
un premio nacional, otorgado por la
organización Junta Ecuménica
(empresarios y religiosos de todo
el país), al Emprendedor
Solidario. Para obtenerlo, compitieron,
con su tarea, con otras 148 ONGs ambientalistas
de toda Argentina.
Oikos nació en enero de 2000
con varios objetivos y una meta concreta:
que la gente aprenda lo que realmente
significa conservar el medio ambiente.
Surge la necesidad de formar
algo. El principio general de Oikos
era otra forma de pensar el ambiente.
Principalmente eliminando dos grandes
prejuicios: que la ecología
es una actividad para ricos y que
se relaciona solamente con las ballenas,
comentó uno de los integrantes
de la Red, Eduardo Sosa.
Un mecanismo de ayuda
El programa Defensoría
ciudadana del ambiente fue el
factor decisivo para la obtención
del premio. Este programa funciona
para asistir a la gente. Cada uno
de los 16 integrantes de la Red se
encarga de recibir las consultas y
denuncias, que luego serán
analizadas por el grupo en conjunto.
Si se considera que la denuncia es
viable, los especialistas intervienen
en una primera instancia con presentaciones
del asunto ante las instituciones
gubernamentales.
Cuando se agota esta etapa
y si no pasó nada, se hace
la denuncia judicial y se avanza por
este lado, explicaron los dos
abogados que trabajan en Oikos, Santiago
Ruiz y Guillermo Hernández.
El programa de Oikos ya ha recibido
348 llamadas telefónicas, 228
mails y 28 visitas personales de gente
que necesita encontrar alguna solución.
Generalmente son consultas
para saber dónde se deben hacer
determinados trámites,
cuenta Eduardo Sosa. Según
las estadísticas que maneja
Oikos, el 75% de las llamadas son
por asesoramiento legal y técnico;
un 18% pertenece a casos que son rechazados.
El restante 7% conforma el índice
de los casos que pasan las etapas
iniciales y son aceptados.
Uno de los temas casi obligado es
el del arbolado público. También
se pregunta mucho por la contaminación
ambiental y del agua y por la legislación
vigente.
Lejos, lo más preocupante
en la provincia es el asunto de los
residuos de todos los tipos. Los patológicos,
que no son bien tratados, y los industriales,
que generan bastante daño,
dice Santiago Ruiz.
Para educar a la gente y acercarse
más al ámbito universitario,
Oikos está creando un instituto
de capacitación docente. Otra
de las ideas próximas a concretar
es la conformación de un programa
de control ambiental para vigilar
cómo se manejan técnicamente
y legalmente desde el sector gubernamental.
Como para completar la idea, Eduardo
Sosa aseguró: Nosotros
sabemos que hay muchas cosas que no
se hacen bien y que en muchos casos
falta control. Por eso, queremos establecer
un sistema de monitoreo sobre cómo
los organismos públicos encaran
la solución de los problemas
ambientales que afectan a los ciudadanos.
Además, estamos trabajando
con la Asociación Argentina
de Médicos por el Ambiente,
para hacer un mapa de la vulnerabilidad
ambiental.
La oficina de Oikos es pequeña,
y los integrantes de la ONG son pocos
y trabajan ad honorem para resolver
problemas en beneficio de la comunidad.
Sin embargo, la pasión y las
ganas hacen de este grupo una verdadera
maquinaria que crea y concreta los
objetivos que se van estableciendo.
2 de diciembre de
2002
Fuente:
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