Una ONG trabaja
para crear microemprendimientos en
La Gallareta. Cuando se retiró
del lugar en la década del
60, la empresa inglesa La Forestal
devastó la zona.
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Reserva
natural El Palmar. |
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La reserva natural El Palmar fue
declarada área protegida en
1996 por la provincia de Santa Fe.
Es una extensión de 4 mil hectáreas
ubicada a 450 kilómetros al
norte de Rosario y enclavada en el
distrito de La Gallareta, una localidad
de menos de mil habitantes. Integran
el predio una laguna, una extensión
de mil hectáreas de palmeras,
otro sector de algarrobos rojos, arbustos
pampeanos y el río Calchaquí
que lo cruza por el este.
La Organización No Gubernamental
(ONG) Ecosur considera al paraje como
un paraíso ecoturístico
estratégico y está encarando
distintos microemprendimientos. A
comienzos del siglo XX y hasta la
década del 60, el área
fue dominada por la empresa inglesa
La Forestal, que explotó el
quebracho y vacío económica
y humanamente la región.
El Centro de Investigación
en Biodiversidad y Ambiente Ecosur
fue creado hace 10 años y está
integrado por unas 30 personas provenientes
de distintas ramas universitarias.
La ONG arma proyectos interdisciplinarios
a nivel regional y hace trabajos ambientalistas.
"En el norte provincial nos abocamos
a zonas como la de Vera, en lo que
se llama la cuña boscosa. Tratamos
el área vegetal y la fauna
de la laguna El Palmar, allí
conocimos a Norberto Romagnoni, un
hombre de más de 70 años
que desea convertir la zona en un
polo ecoturístico", contó
el licenciado en ecología y
titular de Ecosur, Ricardo Biasatti.
"La reserva junta la cuña
boscosa, los bajos submeridionales,
la laguna El Palmar y los espinales.
Además esta laguna es la que
regula el nivel de agua del río
Calchaquí, que en sus aguas
alberga gran variedad de especies
como dorados y sábalos. En
El Palmar hay agua potable, sitios
apropiados para acampar y se piensa
construir las primeras cabañas
a fin de dotar mínimamente
la zona de una infraestructura turística
acorde para que el visitante pueda
disfrutar de la belleza del lugar",
señaló Biasatti.
Romagnoni compró las tierras
hace unos diez años y en 1996
gestionó ante la provincia
la declaración de parte de
su propiedad como área protegida
debido a las riquezas de un ecosistema
que abarca no sólo la flora
y fauna sino toda la estructura natural.
El dueño dejó de pagar
los impuestos a la espera de una exención
impositiva y a fines de noviembre
estuvieron a punto de subastarse las
4.053 hectáreas de la reserva
El Palmar en el juzgado comunal de
La Gallareta.
El titular de las tierras logró
suspender el remate al presentarse
y abonar la deuda. Tras varias liquidaciones
efectuadas por la comuna a cargo de
Mirta Cena, la cifra total de la deuda
pagada en concepto de tasa fue de
27.032,95 pesos, luego de un monto
original que pretendía percibir
la comuna de 76.455,81, donde se incorporaban
cuotas pagas, se actualizaba el costo
del gasoil y, además, se sumaban
intereses.
El retiro de La Forestal
"De la interacción que
Ecosur ha encarado con la gente analizamos
una cuestión ambiental, económica
y social que viven los habitantes
de la zona. No olvidemos que hasta
la década del 60 aquí
estuvo la famosa empresa inglesa La
Forestal. Cuando se retiró
se llevaron los almacenes, la infraestructura
y abandonó la escuela. La gente
sólo ve instalaciones destruidas
y no encuentra recursos para trabajar.
Hace muchos años que la población
está a la deriva y vive de
pequeños microemprendimientos,
y un gran número está
desocupada. No hay actividad agropecuaria",
describió Biasatti.
El titular de Ecosur afirmó
que esa causa fue el disparador para
elaborar un proyecto en el cual estuvieron
abocados en los últimos tres
años "pensando en apostar
por la reactivación de la zona".
"Queremos incluir en recorridos
turísticos la historia y la
cultura zonal. No limitarnos a mostrar
su belleza y a estudiar la fauna y
flora, sino revalorizar la estructura
de La Forestal y complementarlo con
gente que puede ser cronista de esa
época y que hasta conserva
los mapas de los lotes de la empresa
inglesa. Hay restos de la factoría,
una parte del área de procesamiento
con una chimenea aún en pie.
En La Gallareta, una biblioteca museo
trabaja muy bien en la conservación
de recuerdos de esas décadas",
detalló Biasatti.
Contingentes de universidades
de Canadá
"Ecosur a través de contactos
con dos universidades de Canadá
desde el año 1999 ha implementado
cursos para alumnos que vienen becados
por el gobierno de esa nación
y que se trasladan a la reserva natural
El Palmar donde hacen investigaciones
en la región. Se han hecho
muchos análisis biológicos,
por ejemplo estudios sobre el quebracho
colorado y las palmeras caranday o
trabajos sobre aves acuáticas.
En la zona hay flamencos, patos y
cisnes de cuello negro", contó
Biasatti.
Las universidades que participan
en esta experiencia son la de Brock,
un centro de estudios cercano a Niágara
que envía a contingentes de
unos 10 alumnos por unos 15 días,
y la Niágara College, que envía
grupos de dos o tres jóvenes
pero por períodos de seis meses.
"Así comenzamos a encarar
un proyecto que denominamos desarrollo
sustentable local, es decir empezar
a analizar los recursos naturales
que hay no sólo por interés
biológico sino viendo el potencial
para poder encarar alternativas productivas
o emprendimientos para que la gente
pueda comenzar trabajos con un nuevo
modelo económico", afirmó.
"Con Brock vamos a empezar el
segundo trabajo de investigación
para determinar cómo el ecosistema
de El Palmar se mantiene a lo largo
del tiempo, es decir desde millones
de años antes que llegara el
hombre, subsistió con la presencia
del hombre, después arribó
La Forestal y taló la mayoría
del quebracho colorado, se lo llevaron,
modificaron todo y ahora hay un mantenimiento
si el ser humano no sigue dañando
el paisaje. Trabajamos con los alumnos
un grupo de veterinarios, agrónomos
y licenciados en ecología,
estudiamos los mecanismos que el sistema
tiene para sostenerse, por qué
hay áreas de palmeras, zonas
de bosques de madera dura, de pastizales
y cómo eso funciona",
resumió Biasatti.
"Apuntamos a un plan de desarrollo
local. Colaborar con la gente, emplear
sus conocimientos, complementarlos
con aspectos técnicos y científicos,
y planificar una nueva visión
territorial. Generar trabajo, microemprendimientos
y respaldar los existentes, producciones
específicas zonales que pueden
tener un alto valor agregado si se
le da un contexto adecuado, por ejemplo
la harina de algarrobo o la miel con
certificación de origen",
detalló Biasatti.
15 de diciembre de
2002
Fuente:
PÁGINAS
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