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Reserva.
En el paisaje malargüino
de Llancanelo deberán
convivir la diversidad biológica
protegida y los pozos de
Repsol-YPF. |
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La algarabía de más
de 30.000 aves acuáticas que
siguen reinando en la laguna -hay
allí unas 74 especies- contrasta
con el desierto aledaño. Es
una fotografía asombrosa y
bellísima. En estos días,
a su manera y por motivos diferentes,
todos defienden el destino de ese
pedazo de naturaleza que debe ser
preservado; los recursos provinciales
que escasean y el desarrollo petrolero
en la provincia, del que depende el
trabajo de miles de familias y buena
parte del oxígeno de la economía.
A pesar de las prevenciones de los
ecologistas más gurkas -esgrimen
la imagen del lodo petrolero inundando
las costas de Galicia y militan el
antipetróleo- hace 15 días
Gonzalo Dávila, director de
Control Ambiental, puso la firma para
que los técnicos de Repsol-YPF
empiecen a perforar horizontalmente
las entrañas próximas
a la laguna (un espejo de más
de 60.000 hectáreas de superficie).
Y a Roberto Iglesias le han asegurado
que se puede extraer el petróleo
pesado de Llancanelo, preservando
celosamente el entorno ecológico
del humedal. Piensa en los crecientes
ingresos petroleros por regalías.
Es que no sólo lo salvaron
este año de la mishiadura recaudatoria:
en el 2003 serán unos 400 millones
de pesos, algo así como todo
lo que ingresa por impuestos locales
juntos. Con el ministro Enrique Vaquié
miden las exigencias de las demandas
sociales que no pueden esperar: casi
el 90% del gasto del 2003 -unos 1.400
millones- está asignado a salud,
asistencia de la miseria, educación,
seguridad y justicia.
Casi 200 millones de pesos del gasto
previsto es de intereses de la deuda.
Hay pocos rincones donde apretar (el
70% del gasto corriente es sueldos).
Salvo que se animen a la reforma
estatal en serio y presupuesten con
base cero. Difícil: es caro
políticamente.
La ecografía de Mendoza señala:
petróleo, turismo, vino y agroindustria,
los rubros de la existencia mendocina.
El 9% del PBG está ligado al
petróleo. El 53% de las manufacturas
industriales son refinería
del oro negro. Unas 4.000 familias
dependen directamente de la actividad.
Sin contar los servicios indirectos
(logística, metalmecánica,
transporte, gastronomía, etc).
Casi la mitad de nuestras exportaciones
son del rubro petróleo, combustibles
y energía.
En Control Ambiental aseguran contar
con capacidad de supervisión,
para testear las condiciones impuestas
a los petroleros en Llancanelo.
El informe Ramsar -comisión
mundial que lucha para preservar humedales
de interés internacional- detalló
hace un par de años desde Malargüe,
que la nueva tecnología petrolera
(sondeo en 3D, perforaciones horizontales
muy profundas, casi en frío
y que les permite trabajar a distancia
de la naturaleza que está en
superficie), puede preservar el medio.
No le temían sólo al
petróleo: el informe señalaba
también los riesgos de las
cloacas de Malargüe, de las colas
de uranio, la caza y la pesca furtivas,
la cabra, la liebre, el jabalí
y hasta los tamarindos, como depredadores
potenciales.
Dejaron recetas con condiciones muy
celosas. Por ejemplo operar desde
lejos de la laguna y con perforaciones
horizontales, de alrededor de 1.000
metros de profundidad (en los proyectos,
las bocas de los pozos más
cercanos no están a menos de
2,5 kilómetros del borde del
agua y los hay a 7 y 8 kilómetros).
No es tecnología novedosa:
pocos veraneantes de Long Beach, en
Los Angeles, podrían imaginar
que miles de metros bajo la arena
o bajo los chalets de la costa, hay
explotaciones petroleras de alto rendimiento
operadas desde lejos. Los reclutas
ingleses que se entrenan en un campo
del oeste canadiense, no se mosquean
por la intrincada red de explotaciones
petroleras subterráneas, cuyas
centrales están lejos de los
polígonos del ejército.
Pedro Sánchez -comanda el
Área Norte de Repsol-YPF en
esta cuenca- no está del todo
convencido de que Llancanelo
es un yacimiento gigante que puede
ser el más productivo de la
cuenca cuyana, como calculaban
en los años 70. Como Santo
Tomás, quiere ver para creer.
Tiene que sostener el crecimiento
de la producción de Mendoza
(17.500 m3 por día, 10% más
este año, junto con Chubut
las únicas que aumentaron la
extracción). Para que no decaiga
la curva, Repsol está dispuesta
a invertir unos 100 millones de dólares
en exploración y explotación
en los próximos 5 años.
Entre ellos, entre 8 y 10 millones
para definir cuánto petróleo
hay en Llancanelo y de qué
calidad comercial es (es casi alquitrán
y eso le resta cotización final).
Y si Llancanelo es lo que dicen los
viejos petroleros (¿tendrá
los 40 ó 60 millones de barriles
que suponen?), otra historia podría
contarse en los recursos, la economía
y el trabajo, públicos y privados,
en esta Mendoza angustiada con necesidades
insatisfechas, desempleo y miseria.
Juan José Sebreli dice de
los progre, con los que hoy se confunden
algunos ecologistas del extremo (Historia
de las ideas políticas):
La suya es una actitud moralista
y sentimental, que considera reaccionaria
la preocupación por la economía.
Dura tarea la de un estadista: decidir
a pesar de la presión de la
vereda y compatibilizar el cuidado
celoso de la naturaleza con el aprovechamiento
realista de este pan con que Mendoza
tuvo la suerte de venir al mundo bajo
el brazo.
15 de diciembre de
2002
Fuente:
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