La organización ecologista
Greenpeace denunció a hospitales
de la Capital Federal por incinerar
sus residuos patogénicos en
el Gran Buenos Aires y provocar efectos
cancerígenos. "El 82 por
ciento de los hospitales municipales
porteños queman sus residuos
en plantas incineradoras, sobre todo
en Tri-Eco, de Dock Sud; en la planta
Soma, en el Tigre, y en Hábitat
Ecológico, Lanús, denunció
la bióloga Verónica
Odriozola, coordinadora de la campaña
organizada por Greenpeace.
La denuncia fue acompañada
ayer por una inusual protesta en la
plazoleta del Obelisco. Cuarenta activistas
de Greenpeace montaron una escenografía
en la que aparecían corno enfermos
afectados por las emisiones procedentes
de la incineración de residuos
hospitalarios. Bajo un cartel con
un rostro cubierto por una máscara
de gas y la leyenda "Incinerar
nos enferma de cáncer",
de gran impacto visual, integrantes
de Greenpeace se acercaban a la gente
para explicar los motivos de la campaña.
La bióloga resaltó que
"esos procesos han sido reconocidos
a nivel internacional como peligrosas
fuentes de emisión de sustancias
cancerígenas al ambiente".
Al respecto, la comisión
de Salud de la Legislatura porteña
tiene en estudio un proyecto para
prohibir la incineración de
patogénicos y además
prohibir al Ejecutivo porteño
contratar incineradores para sus residuos
aunque sea en otra jurisdicción.
Autoridades del Programa de Gestión
de Residuos de Hospitales coincidieron
con la posición de la organización
ecologista. "La incineración
es una tecnología que se va
abandonando porque por ejemplo el
PVC de las jeringas al ser quemado
emite a la atmósfera dioxinas
y furanos, dos elementos de alta toxicidad",
dijo la coordinadora del programa,
Silvia Ferrer.
25 de octubre de 2001
Greenpeace reiteró
denuncias sobre incineración
de residuos en Empalme
La organización
ecologista afirmó que una empresa
quema desechos de hospitales porteños.
Empalme Villa Constitución.
- La organización ecologista
Greenpeace denunció que el
82 por ciento de los hospitales municipales
porte ños queman sus residuos
patológicos en al menos cuatro
plantas incineradoras del Gran Buenos
Aires y en la empresa Ecologic System,
instalada en la zona rural de esta
localidad.
Precisamente, esta última
ha sido severamente cuestionada desde
el momento de su intalación,
hace unos nueve años, y aunque
existe un juicio encarado cuatro años
atrás por el Centro Ecologista
Renacer, en la actualidad funciona
sin mayores contratiempos.
En tanto esto ocurre, esta zona del
sur santafesino va camino a convertirse
en un polo de la actividad relacionada
con los desechos a gran escala. Por
un lado, la planta de tratamiento
de residuos hospitalarios mediante
el sistema de radioondas construida
a un costo de 10 millones de pesos
por la firma Termogénesis en
Theobald todavía aguarda un
dictamen de la Cámara de Apelaciones
de Rosario para funcionar.
Por el otro, el intendente de Villa
Constitución, Horacio Vaquié,
se mostró partidario de dar
vía libre a la probable instalación
de un horno de tratamiento de residuos
domésticos e industriales en
su jurisdicción. El proyecto
-rechazado de plano por el Centro
Ecologista Renacer por la alta contaminación
que produciría- fue presentado
por la empresa Royal Logistic, que
prometió una inversión
de 8 millones de pesos y la generación
de unos 80 puestos laborales.
"El 82 por ciento de los hospitales
municipales porteños queman
sus residuos en plantas incineradoras,
sobre todo en el Gran Buenos Aires
y en otra planta en Santa Fe, Ecologic
System", denunció la bióloga
Verónica Odriozola, coordinadora
de la campaña organizada por
Greenpeace para difundir los efectos
cancerígenos producidos por
las emanaciones de dioxinas que provocan
los hornos.
Greenpeace aseguró que a
nivel mundial "está aceptado
que la incineración de residuos
emite al ambiente sustancias cancerígenas
como las dioxinas", al tiempo
que sostuvo que estas tareas deberían
realizarse en plantas que cuenten
con métodos de tratamiento
no contaminantes, corno radioondas
o autoclave.
Las quejas comunitarias y de grupos
ecologistas contra las actividades
desplegadas en la planta de la ex
Cineres (desde hace un par de años
adquirida por Ecologic System, empresa
que acondicionó y modernizó
sus instalaciones) comenzaron en el
mismo momento de su pretendida instalación
dentro del casco urbano de Empalme
Villa Constitución, en el año
1992.
La resistencia popular involucró
en esa oportunidad a todos los sectores
de la comunidad y provocó la
intervención de la Dirección
de Saneamiento Ambiental y Ecología
de la provincia. Las quejas lograron
que la planta, que ya estaba a punto
de comenzar a funcionar a 150 metros
de una escuela secundaria, fuera trasladada
a la zona rural de la localidad, aunque
a siete kilómetros de la población.
Desde ese momento, el Centro Ecologista
Renacer de Villa Constitución
encabezó los continuos reclamos
populares que incluyeron, entre otras
medidas, una manifestación
en las puertas de la planta, en enero
del 95. La movilización contó
con el apoyo de importantes organizaciones,
como Greenpeace, preocupadas por los
altísimos índices de
contaminación que generan estos
hornos, cuyo principal desprendimiento
está compuesto mayoritariamente
por la letal dioxina.
2 de noviembre de
2001
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