Contenedores
cargados de computadoras en desuso
son enviados a China, India o Pakistán.
Allí serán reciclados,
con resultados muchas veces nocivos
para el agua o el suelo. También
preocupa la participación de
trabajadores niños en tareas
que incluyen la manipulación
de materiales potencialmente peligrosos.
Entre el 50 y el 80% de los desechos
electrónicos destinados al
reciclaje en Estados Unidos se coloca
en contenedores y se envía
por barco a China, India, Pakistán
y otros países subdesarrollados,
donde se los vuelve a utilizar o se
los recicla en condiciones deficientes,
muchas veces con resultados tóxicos.
La exportación global de descartes
tecnológicos (computadoras,
monitores y tableros de circuitos)
está creando problemas ambientales
y sanitarios en el Tercer Mundo, según
un informe reciente emitido por cinco
organizaciones ambientales. Aunque
no existen estimaciones precisas sobre
el volumen de este tipo de desechos
creados por el descarte de productos
electrónicos obsoletos, la
Agencia de Protección Ambiental
de Estados Unidos (EPA), calculó
que, en 1997, alrededor de 3,2 millones
de toneladas de desechos tecnológicos
fueron a parar a los rellenos sanitarios
en Estados Unidos y que esa cantidad
podría cuadruplicarse en algunos
años.
En el informe, también se
mencionan estadísticas del
Consejo Nacional de Seguridad de Estados
Unidos según las cuales cerca
de 315 millones de computadoras pasarán
a ser obsoletas entre 1997 y 2004,
lo cual generará una gran variedad
de desechos potencialmente tóxicos.
Por ejemplo, cada monitor de computadora
color o cada pantalla de televisor
contiene un promedio de entre 2 y
4 kilos de plomo, que pueden entrar
al medio ambiente cuando los monitores
se arrojan ilegalmente en los rellenos
sanitarios. "Creamos un problema
que todavía no tiene solución",
dijo Ted Smith, director ejecutivo
de la Silicon Valley Toxics Coalition,
uno de los grupos que participaron
en el informe.
Por su lado, un científico
de la EPA, Robert Tonetti, reconoció
que una parte significativa de los
productos electrónicos obsoletos
de Estados Unidos se exportan, pero
que como no existe información
sistemática sobre embarques
al exterior, no existe manera de medir
con precisión el alcance del
problema. Sí existe, según
mencionó Tonetti, un informe
del Consejo Nacional de Seguridad
de Estados Unidos de 1999 que sostiene
que, en ese país, se habían
reciclado unos 723.000 monitores y
exportado alrededor de 100.000.
Existe un debate a nivel internacional
sobre cómo encarar el problema,
dijo Tonetti. "La Unión
Europea, por ejemplo, ya empezó
a exigirle a los fabricantes que asuman
la responsabilidad de sus productos
desde el origen hasta el fin, particularmente
cuando contienen materiales potencialmente
peligrosos", agregó. "Sin
embargo, la industria y el gobierno
norteamericanos se resisten a este
tipo de medidas".
Según el informe de los ecologistas,
una de las víctimas del boom
de reciclaje de los productos tecnológicos
obsoletos provenientes de Estados
Unidos en China, por ejemplo, fue
el agua potable. Los investigadores
dicen que en las operaciones de reciclaje
(incineración de plásticos
y cables, trabajos con ácidos
para extraer oro, fundido e incineración
de tableros de circuitos soldados
y destrucción de tubos de rayos
catódicos con alto contenido
de plomo) suelen participar niños,
muchos de los cuales son inconscientes
de los peligros. "Los trabajadores
no cuentan con equipos respiratorios
de protección o ropas especiales
y muchas veces abren los cartuchos
con destornilladores y utilizan pinceles
o las manos para arrojar el toner
en baldes", dice el informe.
Los autores sostienen que las regulaciones
ambientales más estrictas en
el mundo desarrollado generaron la
tendencia a exportar materiales peligrosos
a los países más pobres,
donde las protecciones laborales y
ambientales son inadecuadas. Los grupos
ecologistas tomaron pruebas del agua
y del suelo en el río Lianjiang,
en China, y las hicieron analizar
en un centro privado de Hong Kong.
Los resultados revelaron niveles alarmantes
de metales pesados que coincidían
directamente con los que se utilizan
en las computadoras. La prueba de
agua, tomada cerca de un lugar donde
se procesan y se incineran tableros
de circuitos, demostró niveles
de materiales tóxicos 190 veces
superiores a los recomendados para
el agua potable por la Organización
Mundial de la Salud.
8 de marzo de 2002
Fuente:
|