El nuevo y mejorado
modelo climático de la NASA,
que permite simular y proyectar en
el futuro cómo variará
el clima terrestre, sugiere que los
océanos han estado absorbiendo
calor de la atmósfera desde
1951 y que continuarán haciéndolo
durante los próximos 50 años.
Los océanos actúan
como una esponja que absorbe el calor
excesivo que se halla en la atmósfera.
Pero aunque su actividad puede contener
el calentamiento atmosférico,
el calor adicional almacenado en ellos
tendrá la capacidad de cambiar
los patrones climáticos regionales.
Shan Sun y James Hansen, del Goddard
Institute for Space Studies, utilizaron
el modelo GCM (Global Climate Model)
para simular pasados y potenciales
cambios climáticos. El GCM
había sido mejorado con "modelos
oceánicos" adicionales
que permiten simular de forma más
precisa cómo absorben los océanos
el calor y cómo responderán
ante un clima global más cálido.
En uno de los últimos informes
sobre el cambio climático,
realizado en 2001, se sugería
que entre los años 1990 y 2100
la temperatura media mundial aumentará
entre 0,6 y 2,5 grados Celsius. Según
el modelo GCM, la temperatura media
global subirá entre 0,4 y 1,2
grados C hasta el año 2050,
debido al incremento de la presencia
de los gases invernadero.
Los científicos miden el almacenamiento
de calor en el océano en vatios
por metro cuadrado. El modelo mejorado
GCM muestra que los océanos
del mundo estaban almacenando calor
a un ritmo de unos 0,2 vatios por
metro cuadrado en 1951. Durante los
últimos 50 años, a medida
que las temperaturas atmosféricas
aumentaban, el ritmo de almacenamiento
se incrementó hasta los 0,76
vatios por metro cuadrado. Es decir,
han estado capturando más calor
de la atmósfera. Este aumento
claramente demuestra que el planeta
sufre un desequilibrio energético.
Y ello implica que la atmósfera
y los océanos van a continuar
calentándose en un próximo
futuro.
Es muy importante conocer con exactitud
cuánto calor están almacenando
los océanos, porque esta información
nos advierte sobre el citado desequilibrio
energético y nos proporciona
pistas sobre cómo podrían
aumentar las temperaturas globales.
Al mismo tiempo, nos ayudará
a predecir los cambios climáticos
que se producirán regionalmente.
Los expertos esperan que un mayor
almacenamiento de calor en los océanos
implique cambios en las precipitaciones
y en las corrientes. Una temperatura
del agua más alta también
puede tener consecuencias drásticas
sobre la vida marina.
El modelo predice una mayor precipitación
y evaporación sobre el Atlántico
Norte, lo que incrementará
la cantidad de agua dulce en la región.
Esto podría debilitar el habitual
transporte de calor hacia el norte
que realiza este océano. Como
consecuencia de ello, Europa se enfriará,
a pesar de que el mundo se esté
calentando.
15 de setiembre de
2003
Fuente:
|