Malargüe. Justo
hoy, que se festeja el Día
Internacional del Espeleólogo,
se conoció que equipos técnicos
de la Federación Argentina
están trabajando, bajo la dirección
de Carlos Benedetto, en la elaboración
de un proyecto para proteger el valle
de Poti Malal -sus cavernas, flora
y fauna- y al mismo tiempo proponer
un desarrollo turístico sustentable.
Está ubicado a unos 100 kilómetros
al suroeste de esta ciudad y dentro
de la zona de influencia de la traza
del Paso Pehuenche, que une al sur
mendocino con la vecina República
de Chile. Considerado como un
valle muy rico en cavidades naturales
completamente vírgenes,
requiere de una protección
especial antes de su eventual habilitación
al turismo.
El proyecto contará con el
respaldo técnico de especialistas
extranjeros, entre ellos italianos
y españoles, más aún
luego de la participación argentina
en el reciente simposio realizado
en Italia. También contará
con el apoyo de espeleólogos
argentinos e ingleses, que el próximo
verano llevarán a cabo nuevos
trabajos conjuntos en la zona.
Tanto la Dirección de Areas
Naturales Protegidas de la Provincia
de Mendoza, como el municipio malargüino,
están al tanto y de acuerdo
con estas tareas de investigación.
Según el comentario de expertos,
la creación de un parque
de esta naturaleza revitalizará
la economía de la región.
El mar interior
A 100 kilómetros de Malargüe,
el valle guarda un universo de cavidades
de yeso y lagos subterráneos
que se ha transformado en la nueva
Meca de los espeleólogos.
La caverna San Agustín es
la más conocida, por los enormes
espejos de agua descubiertos en su
interior. Fue explorada en 1997 y
al principio se encontraron dos lagos.
Haciendo gala de una buena dosis de
sangre fría, un grupo de buceadores
se internó en la laguna bajo
tierra y descubrió una galería
que conduce a un tercer lago conectado.
La cavidad tiene una sala principal,
de 100 metros de largo por 30 de ancho.
El lago más grande fue llamado
Argentina. Tiene un diámetro
de unos 50 metros y la profundidad
medida alcanza a 18 metros. El segundo
espejo de agua, bautizado como Croacia
por el origen de la expedición
que descubrió la caverna, tiene
30 m de diámetro por 12 de
profundidad.
Estos descubrimientos causaron revuelo
en el ambiente científico.
Pero el 14 de abril de este año
una expedición de buzos de
Mendoza Sub le agregó encanto
y misterio a la caverna: encontraron
un pasaje en el fondo del lago Argentina,
que es el único acceso a un
tercer y recóndito lago negro
bajo la montaña.
Aún no se ha encontrado vida
en el agua, pero se están realizando
estudios en la oscuridad del sitio.
Como se trata de cavidades de yeso,
las galerías son inestables
y los derrumbes son una posibilidad
siempre presente.
16 de setiembre de
2003
Fuente:
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