Las prácticas
sustentables pueden reducir la necesidad
de subvenciones en países centrales.
El tema se debatió en el congreso
mundial de agricultura de conservación.
Organizado por la FAO y la Federación
Europea de Agricultura de Conservación
(Ecaf) se realizó en Madrid,
entre los días1 y 5 de octubre,
el 1º Congreso Mundial sobre
Agricultura de Conservación,
que contó con la participación
de más de 500 personas representando
a 60 países.
Si algo quedó claro en el
congreso fue la necesidad que el mundo
tome conciencia sobre la situación
del suelo agrícola. En el último
medio siglo se multiplicó el
laboreo, indiscriminado en áreas
fértiles de todo el globo,
incluso en países qué
veinte años atrás trabajaban
su tierras con tracción animal.
El crecimiento de la población
mundial, la necesidad creciente de
obtener más alimentos de los
mismos campos y el manejo mecanizado
de la agricultura tradicional de arado
hizo el resto.
El reto actual es producir más
en la superficie, logrando modelos
independientes de los subsidios, productivos,
rentables y ecológicos. Un
debate que crece particularmente en
Europa con su actual modelo de subsidios
y sus crisis de seguridad alimentaria.
Entre las ventajas que se destacan
de las prácticas de mínima
o nula labranza están: la conservación
del suelo, retención de humedad,
mejora de la productividad, reducción
de costos de gas oil, maquinaria,
mano de obra, captura de C02 y aumento
de la materia orgánica del
suelo.
Según Hugh Grant, vicepresidente
ejecutivo de Monsanto a nivel mundial,
en la actualidad la agricultura de
conservación sin laboreo representa
unos 200 millones de hectáreas
en todo el mundo, incluyendo los 60
millones de hectáreas que se
realizan en siembra directa. Un porcentaje
mínimo, si se tiene en cuenta
que hay 600 millones de hectáreas
expuestas ala erosión.
Según datos proporcionados
por la Ecaf en los últimos
cuarenta años se perdió
la tercera parte de los suelos agrícolas
del mundo. Y lo peor es que el proceso
no se detiene, cada año se
pierden otros 10 millones de hectáreas.
En Europa las cosas no están
mejores. Aproximadamente unos 150
millones de hectáreas están
afectadas por la erosión hídrica
y eólica, siendo la zona mediterránea
la más afectada y en la que
pueden llegar a verificarse pérdidas
entre 20 y 40 toneladas de suelo por
hectárea después de
una fuerte tormenta. En España,
más del 50% de la superficie
agrícola está clasificada
con riesgo medio-alto de erosión.
En regiones como Andalucía
esta cifra alcanza el 70%. Y en esto,
la agricultura tradicional intensificada
por la mecanización y el laboreo
del último medio siglo tuvo
mucho que ver.
Es sabido que la calidad de un suelo
se mide en gran medida por el porcentaje
de materia orgánica presente.
Roberto Peiretti, miembro de Aapresid,
remarco que existen lugares "intocados"
en Argentina, donde nunca se hizo
agricultura ni pastoreo, que tienen
niveles cercanos al 6%. Aunque lo
usual es que oscile entre un 2,5%
y un 4%, dependiendo de la región.
En España estas cifras caen
en picada. En uno de los campos que
se visitó, se registró
entre 0,5% y 0,7% de materia orgánica
en el suelo, y eso, teniendo en cuenta
que se hacía siembra directa
desde varios años atrás
y los índices están
en constante aumento.
Los líderes de la directa
Estados Unidos, Brasil, Argentina,
Canadá y Australia representan
entre todos más del 90% de
la superficie en siembra directa a
nivel mundial.
"Si el futuro sigue al mismo
ritmo que en el pasado, la agricultura
de conservación crecerá
a un 10% anual. Pero con 400 millones
de hectáreas por cubrir, creo
que a ese ritmo no lo conseguiríamos.
Porque si se consigue salvar 5 millones
de hectáreas al año
se salvarán 32 millones de
toneladas de suelo, 65 millones de
combustible y 500 millones de dólares
en rendimientos de los cultivos al
año. todas estas ventajas no
pueden desdeñarse" indicó
Peiretti.
En los costos de producción
europea por hectárea de superficie
se ven los resultados de este deterioro.
con necesidades de fertilización
que superan los 1.000 kilos por hectárea;
la tierra pasa a ser mero sostén
para las plantas, y es el hombre quien
debe proveerle de todo lo demás,
inclusive el agua de riego. "Un
límite desde el punto de vista
agronómico no existe. En el
sentido de que estamos dispuestos
a poner cada vez más fertilizantes
para obtener un mismo producto aún
en un arenal, en un desierto, con
agua y nutrientes se puede producir.
El problema es que a escala mundial,
ese modelo no es competitivo para
nada", remarcó Peiretti.
Para el directivo de Aapresid, no
son estos los suelos que responderán
a la creciente demanda de alimentos,
sino el aumento de la productividad
y conservación de los suelos
que existen en las planicies de Rusia,
Ucrania, el cornbelt americano, Argentina
y parte de Brasil. "Eso no quiere
decir que en Europa van a tener que
dejar de producir pero lo van a hacer,
seguro, con un resultado negativo
desde el punto de vista económico",
apuntó,
"Con este panorama es muy difícil
que desaparezcan los subsidios porque,
expuestos al mercado internacional,
los modelos que se ven en Europa en
materia de costo de los insumos, producción
y valor de lo producido, ninguno cierra",
remarcó Peiretti; quien estimó
que esa ecuación se podrá
ir revirtiendo en la medida que entren
en la agricultura sustentable, y siembra
directa básicamente.
"Así mejorarían
esas relaciones e irían recuperando
materia orgánica, la biodiversidad
del suelo, y no se gastarían
tanto en fertilizar", dijo.
Los estados miembros de la Unión
Europea, así como los a sumarse
hablaron sobre la necesidad de tomar
conciencia sobre el problema. En el
sexto plan de acción sobre
el medio ambiente se hace una referencia
muy clara a los suelos, que exige
un enfoque completo, global y sistemático
para la protección del suelo
en los próximos diez años.
Subsidios medioambientales
Si bien en el corto y mediano plazo
las ayudas la sector agropecuario
europeo seguirán siendo una
realidad inseparable para conseguir
modelos rentables, al menos se vislumbra
un cierto interés por parte
de la administración de Bruselas
por desarrollar legislación
y dar apoyo al sector productivo que
se enfoque hacia practicas conservacionistas.
De todas maneras, las ayudas directas
a la renta de los agricultores en
Europa, tienden a un cambio cualitativo,
como las que se indican en las medidas
de acompañamiento de la Política
Agraria común (PAC): utilización
racional y mejora de la calidad del
agua, control de la erosión
y mejora de la fertilidad del suelo,
prevención de riesgos naturales
y optimización de espacios
rurales, protección de la biodiversidad
y de los paisajes agrarios.
Prueba de esto es la medida que estaría
por adaptarse para evitar la quema
de rastrojos dentro de la Unión
Europea, limitando los subsidios a
quienes no lo cumplan. El sólo
rumor de esta medida hizo que los
productores se acercaran masivamente
al Congreso.
Productivos vs. subsidiados
Alejandro Tapia, un productor en
siembra directa y presidente de la
Asociación Burgalesa de Agricultura
de Conservación (Abulac), remarcó
ante los productores.
"Es una pena que una mínima
medida política sobre los condicionamientos
de las ayudas PAC por la no quema
de rastrojos para lo sucesivo; sea
el motivo excluyente para que este
salón se llene.
El dirigente agropecuario español
instó a "deshacer"
la "imagen del agricultor cazador
de subvenciones que los productores
europeos tienen ante la sociedad.
"Porque es la sociedad la que
en definitiva tiene la última
palabra respecto a las ayudas y si
no somos capaces de justificarlas,
al final nos la quitarán y
la profesión del agricultor
quedará desprestigiada"
Durante el encuentro, un participante
de Centroamérica, tomó
el micrófono y preguntó,
al panel si los subsidios de Europa
y Estados Unidos "se quitan o
no, para que nos den a nosotros también
la oportunidad de seguir viviendo
del campo".
El brasileño Marcos Pereyra
se sumó: "A nosotros nos
gustaría mucho si pudiéramos
compartir estas ayudas".
Un productor de la región
española de Burgos contestó.
"La realidad de los números
es la que tiene la palabra en esta
agricultura europea dependiste de
Bruselas y bajo las actuales condiciones
productivas y de suelo, recortar los
subsidios mandaría al desempleo
a buena parte de los siete millones
de personas que trabajan el campo
dentro de la Unión.
La representante de la Dirección
de Agricultura de la Unión
Europea reconoció que "probablemente
en el orden económico mundial
haya muchas injusticias pero desde
luego no todas son imputables a las
ayudas que recibe la agricultura en
estos países. Y apuntó:
"Producir el mismo producto en
Europa muchas veces es más
caro que hacerlo en otros países
y desde luego que la agricultura es
un sector prioritario para todos los
gobiernos. En ese sentido, las ayudas
a la agricultura son difíciles
de prescindir.
Dentro de la polémica, el
vicepresidente de Monsanto, dio su
visión. "Prácticamente
en todas las partes del mundo la agricultura
depende de los subsidios y quizás
habría que explicar en este
caso por qué aquí la
agricultura de conservación
podría ser una solución,
porque reduce el costo de combustible,
de mano de obra y ayuda a mejorar
la economía agraria que a nivel
global se encuentra en una situación
terrible", por lo cual consideró
que la agricultura de conservación
"sería una manera excelente
de combatir el impacto de unas subvenciones
que cada vez se reducen más".
Conservación o ecología
El congreso mundial de agricultura
sustentable que se realizó
en España también tocó
el tema de la agricultura ecológica,
que creció en los últimos
años en Europa, con nichos
de mercados en Alemania, Francia,
Holanda, y Reino Unido. sobre la posibilidad
de que esta actividad sea subsidiada
desde Bruselas, la representante que
asistió en nombre del director
general de Agricultura de la Unión
Europea, señaló: "No
quiero molestar a nadie pero en este
momento esta práctica es bastante
marginal, mas bien yo me iría
por estas técnicas que son
muy importantes a la hora de bascular
los sistemas de producción
hacia modelos más sostenibles".
Alejandro Tapia, presidente de Abulac,
sostuvo que la agricultura ecológica
"no tiene nada que ver con el
concepto que nosotros defendemos ya
que la agricultura de conservación
es una forma productivísima,
hay que intentar siempre producir
más".
20 de octubre de 2001
Fuente:
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