LOS ANGELES (AP) -- Un grupo ecologista
de California lanzó una campaña
radiofónica en español
para terminar con la tradición
mexicana de comer tortugas marinas,
una antigua práctica que acaba
cada año con 5.000 ejemplares
de esta especie en extinción.
"La tradición debe terminar",
dijo Serge Dedina, director de Wildcoast,
la organización conservacionista
californiana que inició la
campaña.
El grupo forma parte de una coalición
que ha solicitado al Papa la prohibición
de la carne de tortuga, consumida
por muchos mexicanos y mexicano-estadounidenses
durante la Semana Santa.
"Muchos de los consumidores
creen que la tortuga marina es un
pescado porque nada. Humildemente
pedimos a Su Santidad que aclare oficialmente
que la carne de tortuga marina es
carne y es inapropiada para consumir
en Semana Santa", dijo la Red
de Conservación de la Tortuga
Marina de California en una misiva
enviada a Juan Pablo II.
"Si el Papa prohibiera la carne
de tortuga, lo apoyaríamos",
dijo el miércoles Ana María
Castro, portavoz de la arquidiócesis
de Los Angeles.
Pero agregó que "no podemos
obligar a los católicos a no
comer carne durante la Semana Santa.
Es su decisión. Sólo
podemos recomendarlo como una práctica
religiosa".
Unas 35.000 tortugas marinas son
capturadas y matadas cada año
en la costa de Baja California para
satisfacer la demanda del mercado
negro, dijo Dedina, quien añadió
que parte de la carne ingresa a Estados
Unidos.
Entretanto, las estadísticas
muestran una notable disminución
en el número de hembras maduras,
que se desplazan desde lugares tan
remotos como Japón para desovar
en las playas locales.
La población local actual
puede ser el 1 por ciento de su tamaño
histórico, dijo Wallace J.
Nichols, otro director de Wildcoast.
Leyes estadounidenses y mexicanas
que prohíben la matanza de
tortugas conllevan penas de hasta
12 años de cárcel, pero
los ecologistas se quejan de que pocas
veces se aplican.
14 de marzo de 2002
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