En mayo del año
pasado, la organización ecologista
Greenpeace advirtió que la contaminación
provocada por un maíz transgénico,
elaborado por la multinacional Monsanto,
complicaría las exportaciones
argentinas de ese producto a Europa.
La advertencia de Greenpeace daba cuenta
del riesgo tanto para las exportaciones
como para los consumidores locales,
debido dijeron al fracaso
de un poderoso herbicida (también
vendido por la misma corporación)
en el control del maíz transgénico.
Los cultivos genéticamente
modificados consisten, básicamente,
en que se les cambia artificialmente
su estructura genética para
hacerlos resistentes a determinadas
enfermedades. Según aseguró
la entidad ecologista, la firma norteamericana
distribuyó a los productores
semillas transgénicas de la
variedad RR, en la Expochacra 2000.
Esa especie agregaron
está prohibida en la Argentina
y también por la Unión
Europea, pero está permitida
en los Estados Unidos.
En su momento, la Secretaría
de Agricultura admitió la aparición
de estos transgénicos y aseguró
que esas semillas fueron destruidas,
según los ecologistas.
El miércoles, Greenpeace confiscó
en un importante supermercado suizo,
miles de cajas de polenta elaborada
con ese maíz "no autorizado
para consumo humano". Finalmente,
los ecologistas empaquetaron el maíz
en una gigantesca "encomienda"
para ser devuelta a Monsanto.
27 de abril de 2002
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