EL
FANTÁSTICO PEZ AGUJA
Los peces aguja
están emparentados directamente
con la familia de los caballitos de
mar. Las similitudes entre estos animales
son tantas que los peces aguja parecen
hipocampos a los que se los tomó
por la nariz y la cola y se los estiró.
Pero la naturaleza los hizo justamente
al revés. Los hipocampos son
una ramificación en el árbol
de familia de los peces aguja.
Con una longitud mínima de
2,5 cm y una máxima de 30,
estos pequeños animales son
absolutamente sorprendentes. Posiblemente
se trate de uno de los peces más
lentos del océano; se movilizan
por medio de pequeñas ondulaciones
de sus aletas pectorales que pueden
vibrar hasta 35 veces por segundo.
Sus presas, por lo tanto serán
animales pequeños y muy lentos.
Para poder capturarlos, los aguja,
reemplazan la velocidad de un ataque
por un gran poder de succión
de milimétrica exactitud. Un
juvenil de pez aguja dedica 10 horas
diarias a su alimentación y
durante este período puede
engullir alrededor de 3.600 microscópicas
crías de camarón.
Pero, sin duda alguna, lo más
sorprendente de estos peces está
relacionado con su reproducción.
La hembra adhiere los huevos en un
parche de empollación que el
macho posee en el abdomen. De esa
manera los huevos viajan unidos al
padre durante los siguientes diez
días (foto). Al final de este
período los huevos eclosionan
liberando a pequeños peces
aguja, réplica de sus padres
de apenas 15 milímetros. Al
nacer, las crías deberán
escapar rápidamente y esconderse
entre las algas del fondo para evitar
que su padre, que los desconoce, se
alimente con ellos.
Si logran sobrevivir a la eclosión
tendrán un desarrollo también
sorprendente: en apenas dos meses
alcanzarán los 5 cm. Llegarán
a la madurez sexual a los tres meses
y se estima que su corta vida llegará
al final en dos o tres años.
Los peces aguja y los hipocampos suelen
representar, para los seres humanos,
la imagen de la fidelidad conyugal.
Realmente se desconoce de donde proviene
esta idea ya que la hembra sólo
se acercará al macho para transferirle
los huevos en un par de "abrazos
nupciales". Este acercamiento
durará apenas 30 segundos,
al final de los cuales la hembra se
desentiende de su cría y del
padre de sus hijos para seguir alimentándose
hasta que llegue el momento de producir
otra puesta en otro macho cualquiera
que se encargará de cuidar
a sus nuevos hijos.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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