BALLENAS
PELIGROSAS
La 57° reunión de la Comisión
Ballenera Internacional presagiaba
ser una reunión más.
La Comisión Mundial insta enérgicamente
a Japón a detener lo que Japón
denomina "cacería científica".
Japón, en respuesta, pide aumentar
la cuota de ballenas y abrirla a nuevas
especies, a lo que el mundo se niega
enérgicamente.
A estas alturas
el viejo argumento de la "caza
científica japonesa" ya
no se lo cree ni Japón, de
hecho en años de caza científica
no hay trabajos japoneses sobre el
área que sean apenas relevantes.
Pero Japón sigue obstinado
en matar ballenas para lo cual suma
a su bando a un puñado de países
subdesarrollados que, a cambio de
"favores" o por simple corrupción,
entregan su voto a favor de la cacería.
Es bueno saber quienes
son aunque en muchos casos haya que
hacer un gran esfuerzo para encontrarlos
en el mapa: Antigua y Barbuda, Benin,
Camaroon, Cote d´Ivoire, Dominica,
Gabon, Grenada, Guinea, Icelan, Mauritania,
Mongolia, Moroco, Nauru, Nicaragua,
Norway, Oman, Palau, Salomón,
Islandia, St. Kitts and Nevis, St.
Lucía, St. Vincent and the
Grenadines, Senegal, Suriname y Tuvalú.
Nos guste o no, son países
y su voto cuenta como tal. Con sólo
tres países más, Japón
podría reabrir impunemente
la caza de ballenas al adueñarse
de la Comisión Ballenera Internacional.
Más de lo
mismo. Parecía ser una reunión
más hasta que, el último
día de la reunión de
la CBI, Japón decidió
abrir una cadena de fast food basada
en carne de ballena con el fin de
atraer a la juventud japonesa al consumo
de carne del casi extinguido animal.
Para que la noticia no pase desapercibida,
inundó los diarios de todo
el mundo con fotos como la que ilustra
esta nota. Un flagrante cachetazo
en el rostro de la CBI y un mensaje
claro y contundente "haremos
lo que queramos sin importarnos lo
que el mundo diga".
Si algo le faltaba
a esta agresión fue la reciente
"auto entrevista", que publica
en un diario nicaragüense el
Sr. Miguel Marenco que es nada menos
que el Comisionado por Nicaragua ante
la CBI, donde se ve una lista de "Mitos
y Realidades" que, curiosamente,
son los mismos que se enumeran en
un folleto de la Agencia de Pesca
de Japón. Entre ellas una de
las más destacadas es: "las
ballenas más apetecibles son
las Minke y que estas se encuentran
por encima de los niveles normales".
Por otro lado, en el mismo artículo
responsabiliza a las ballenas Minke
por la escasez de peces y "pone
en aviso de que son una grave amenaza
para la humanidad por su crecimiento
incontrolado".
Sin duda alguna,
el Comisionado Marenco ignora que
hoy existen en el mundo un 10% de
las ballenas que existían antes
de la caza comercial y que en algunos
casos las cifras aún son menores
como la ballena franca del Atlántico
Norte con apenas 300 ejemplares vivos
y la ballena gris del Pacífico
Occidental con sólo 100 ejemplares.
Sin duda alguna es un ignorante, o
pretende tratar por ignorantes al
resto de los habitantes de su país
al culpar a las ballenas por la escasez
de peces, que sería como culpar
a los pájaros carpinteros por
la deforestación. Ignora o
quiere ignorar que las ballenas existieron
millones de años antes de que
naciera el primer japonés que
decidiera regularla y que, en ese
entonces vivían en paz en un
mundo equilibrado.
Parecía ser
una reunión más, el
mundo tratando de hacerle entender
a Japón que hay que detener
la matanza. Los científicos
más prominentes del sector
augurando que si se continúa
con la cacería, el mar entero
corre peligro y con él la salud
del planeta. Parecía ser una
reunión más pero no,
no lo fue, fue la reunión más
triste, incomprensible y corrupta
de la que se tiene memoria.
El mundo tiene un
año para pensar cómo
detener la matanza. Mientras tanto,
una joven japonesa muerde una hamburguesa
de ballena y sonríe despreocupadamente.
Al mismo tiempo, en el otro extremo
del globo, un niño nicaragüense
mira el mar con desconfianza, su gobierno
le acaba de decir que hay unas ballenas
peligrosas que atentan contra su futuro.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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