BARCOS
MUERTOS
Normalmente se dice
que los naufragios son barcos que
murieron, barcos que yacen en el fondo
alejados de la vida, alejados de las
olas que solían remontar.
Nada más alejado de la realidad.
Los naufragios resultan excelentes
casas para millones de peces que resuelven
su problema de vivienda con cada nuevo
barco hundido. Son peces bentónicos
que se alimentan del fondo (benthos)
muchos de los cuales pasa gran parte
de su tiempo en el interior de su
cueva que los protege de los predadores.
Un naufragio resulta entonces un complejo
habitacional excepcional. Los cardúmenes
se pasean por la bodega, las langostas
buscan refugio bajo el derruido casco,
un pulpo se hace cargo del timón.
El barco se llena de inquilinos rápidamente.
La posibilidad de reproducción
se ve acrecentada y además,
cuando un pez muere se descompone
en el interior del mismo barco y se
distribuye en detritos que alimentarán
a los gusanos a los que todos tomarán
por alimento base.
En tanto los predadores (pelágicos)
rondarán el naufragio en busca
de una nueva víctima que desayunar.
Los corales, las esponjas y las algas
encontrarán un cimiento firme
donde asentarse. De a poco el metal
desaparecerá bajo un manto
de vida y el naufragio se convertirá,
inexorablemente en mar.
Muchos paises del mundo deciden sacarse
del medio ruinosos naufragios hundiéndolos
en un fondo a poca profundidad. Eso
provoca además, la visita de
una nueva especie submarina: los buzos
que recorrerán sus pasillos
en busca de una nueva aventura. Esto
acrecentará el turismo de la
zona. Un barco hundido no está
lejos de la vida sino muy cerca de
ella.
Nunca entendí por qué
los llaman "barcos muertos"
si nunca estuvieron tan llenos de
vida.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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