UNA
NURSERY MÓVIL
Sin duda alguna el momento más
riesgoso que vive un animal acuático
es, justamente cuando comienza a vivir.
Sobretodo si el nacimiento se produce
de un huevo. Son miles los depredadores
dispuestos a desayunarse una puesta
completa que además necesita
de condiciones muy exigentes para
poder sobrevivir: renovación
permanente de agua, una gran oxigenación
y el mejor escondite que se pueda
lograr.
Quienes han resuelto este problema
de una forma brillante son las bermejuelas.
Estos pequeños peces que viven
en lagos y ríos de corrientes
mansas depositan sus huevos dentro
de los mejillones de agua dulce. Al
llegar la temporada reproductiva la
hembra desarrolla un "ovopositor"
que es una especie de "tubo flexible"
de unos seis centímetros de
longitud por el que saldrán
sus huevos directamente al interior
del mejillón. El gran problema
a resolver es que el mejillón
cierra sus valvas ante la menor aproximación
de un extraño. Para lograr
que el molusco se relaje mientras
ella desova lo toca suavemente con
la boca repetidamente hasta que, finalmente,
éste se acostumbra a ella.
Recién entonces introduce el
ovopositor dentro del tubo de respiración
del mejillón enviándolos
directamente a la cámara branquial
donde los huevecillos serán
bañados por un chorro constante
de agua rica en oxígeno que
fluye a través de sus branquias.
Ahora sólo falta que el macho,
que permanece cercano y atento, libere
dentro del tubo de respiración
el esperma fecundando a los huevos.
Un mes después nacen las pequeñas
bermejuelas que salen al exterior
a través del mismo tubo respiratorio.
El mejillón obtendrá
un gran beneficio por haber oficiado
de nursery ambulatoria ya que el producirá
su desove al mismo tiempo que las
bermejuelas y sus larvas se adherirán
al cuerpo de las recién nacidas
que las sacarán del interior
de su madre y a las que recién
abandonarán cuando estén
listas para desarrollarse.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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