UN
ESCUDO DE VENENO
Todas las especies
de cangrejos suelen ser muy hábiles
en la depredación nocturna.
Es en la noche cuando pueden salir
de sus escondites para procurarse
las mejores presas. Una vez que cayó
el sol, ellos se adueñan del
arrecife buscando en las oquedades
el alimento indispensable para la
subsistencia.
Si salieran de día serían
presa fácil de los pulpos y
una gran cantidad de peces que se
alimentan de ellos. Restringir la
cacería sólo a los horarios
nocturnos no es problema cuando se
vive en un arrecife de coral, en un
mar cálido, donde sobra el
alimento y hay muchos lugares donde
buscar. Pero ¿que ocurre si
estos cangrejos viven en mares fríos
donde el alimento no abunda? Seguramente
la noche no sería suficiente
para llenar el estómago y tendrían
que salir a completar su alimentación
durante el día, exponiéndose
a ser comidos.
El cangrejo araña -Lithodes
maja-, residente de las costas de
Noruega, ha reducido considerablemente
el riesgo de sus paseos diurnos colocándose
un escudo venenoso de protección.
Armado de una gran paciencia utiliza
sus pinzas para despegar del sustrato
a una anémona de tentáculos
urticantes. Luego la deposita sobre
su caparazón donde la anémona
consigue adherirse con facilidad.
Una vez conseguido ésto, puede
salir sin problemas; sus enemigos,
temerosos del veneno de su nueva compañera
de viaje evitarán acercársele.
Si bien muchos cangrejos ermitaños
de aguas cálidas, se apoderan
de una concha de caracol para protegerse
de los ataques de sus depredadores
pegando sobre el caracol anémonas
o esponjas con la intención
de esconderse y pasar desapercibidos,
el cangrejo araña es un caso
único, ya que pega a la anémona
directamente sobre su propio cuerpo.
La anémona en tanto no podrá
evitar ser trasladada por el cangrejo
y a cambio recibirá un paseo
gratuito por el fondo y la posibilidad
de aprovechar los desperdicios que
su anfitrión produce al alimentarse.
Como punto negativo, no podrá
crecer más que el caparazón
de su nuevo compañero. En ocasiones
un animal se vale de los servicios
de otro animal de una especie totalmente
diferente para salvar sus propias
falencias y ser más apto en
su medio. Un medio en que lo único
realmente importante es poder comer
sin convertirse en el almuerzo de
otro.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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