CUANDO
NACEN LOS PULPOS
Después de que el macho de
pulpo ha fecundado los huevos en el
manto de la hembra ésta busca
una pequeña cueva en la roca.
Una vez encontrado el lugar incluye
una serie completa de huevos en una
delgada tira de gelatina fijándola,
por uno de sus extremos al techo de
la cueva. Estas agrupaciones verticales
se asemejan a pequeñas riestras
de ajo y pueden contener hasta 1.000
huevos de 6 mm. de longitud. Una hembra
puede poner hasta 180.000 huevos en
sólo dos semanas.
Durante un plazo de tres meses la
madre pulpo ejercerá sola la
vigilancia sobre su descendencia alejando
de la cueva a los predadores que quieran
alimentarse de ella. Mientras tanto
con sus tentáculos armados
de poderosas ventosas pulirá
la superficie exterior de la envoltura
de los huevos conservándolos
limpios de suciedad y vegetación.
También usa los sifones de
agua que le sirven para impulsarse
como una especie de manguera con la
que lanza pequeños chorros
entre las hileras de huevos expulsando
toda minúscula partícula
de suciedad que pudiere contaminarlos.
La dedicación de la madre pulpo
es tal que durante esos tres meses
no abandonará ni por un segundo
la cueva, ni siquiera para alimentarse.
Aún si el alimento se le pusiera
al alcance de los tentáculos
ella seguirá limpiando sus
huevos sin prestarle atención.
Al cabo de este tiempo los pequeños
pulpos nacerán y su madre,
exhausta por tantos cuidados morirá
irremediablemente. Los pequeños
pulpos quedarán abandonados
a su buena suerte en un mundo donde
el tamaño y la astucia decidirán
entre la vida y la muerte. Los pulpos
poseen un poco de ambos, en pocas
semanas aumentarán su peso
considerablemente y son dueños
de una inteligencia envidiable en
el mar, a pesar de eso sólo
unos pocos ejemplares llegarán
a adultos para volver a repetir el
sagrado ciclo de la reproducción.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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