CULTIVAR
EL MAR
En el 1800 era
normal que un gaucho de la Pampa Argentina
matara una vaca salvaje para hacerse
un asado dejando al resto del animal
desaprovechado. En ese entonces se
creía que las vacas jamás
se terminarían. Al poco tiempo
las vacas salvajes comenzaron a escasear
hasta hacer peligrar la especie, entonces
el hombre aprendió a criarlas
en corrales, obtener mayor descendencia
y optimizar el producto.
Hoy, doscientos años después,
los seres humanos hacemos lo mismo
con el mar: sacamos de él lo
que necesitamos con la seguridad de
que el mar es inagotable. A poco del
inicio de la pesca comercial a gran
escala ya empiezan a desaparecer,
o al menos a escasear muchas especies,
como por ejemplo la merluza.
Algunos países, conscientes
de la realidad hace años que
comenzaron a cultivar el mar. El resultado
es óptimo. Los organismos marinos
tienen niveles de reproducción
muy elevados debidos a la gran mortandad
juvenil en manos de los predadores.
Un mejillón, por ejemplo, produce
unos doce millones de huevos diminutos
en una sola puesta. La gran mayoría
de estos individuos no llegarán
a adultos pero, cuidados por la mano
del hombre se puede lograr que no
sean comidos y alcancen su madurez.
Por ese motivo las rías gallegas
tienen una producción anual
exportable de 100.000 toneladas de
mejillón cultivado.
Este sistema no es nuevo, los romanos
cultivaban ostras en el siglo I A.C.;
en Japón hace cientos de años
que se practica la maricultura de
crustáceos, peces, moluscos
y algas. En el siglo XlX Francia comenzó
con el cultivo de la ostra plana.
Estados Unidos, Inglaterra, Noruega
y Chile se han incorporado a la cría
en semi cautiverio del salmón.
Estas técnicas traen aparejados
increíbles beneficios: una
fuente importante de alimento para
un mundo cada vez más necesitado,
menor costo del producto final ya
que sale más económico
que salir a pescarlo, trabajo a los
pobladores de la costa y sobretodo
y lo más importante: el mar
permanece intocado, sus especies logran
el equilibrio ecológico por
sí solas y el daño se
detiene. Países como la Argentina
pueden obtener todos estos beneficios
debido a su gran costa dotada de diversos
climas que permiten casi cualquier
tipo de cultivo, pero para eso debemos
primero entender a un mar al que nunca
miramos, a menos que estemos de vacaciones.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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