VER
EL SONIDO
La visibilidad bajo el agua suele
estar limitada, sobretodo cuando el
agua está sucia. Es por eso
que los animales acuáticos
deberán "ver" de
otra manera. Mientras que los peces
podrán percibir las vibraciones
producidas en la masa de agua, los
delfines se han especializado en poder
guiarse y captar presas por medio
de la ecolocalización.
Este sistema se basa en provocar un
sonido que, partiendo del animal y
viajando a una gran velocidad (el
agua conduce el sonido entre 4 y 5
veces más rápido que
el aire) rebote en el objeto a detectar
y vuelva al delfín brindándole
información sobre dicho objeto.
Los delfines producen el sonido en
una complicada tubería ubicada
debajo del espiráculo (orificio
por el que respiran) y el sonido atraviesa
la frente del delfín a través
de un órgano graso conocido
como "melón" que
proyecta el sonido hacia adelante.
Al regresar, el sonido es captado
por los dientes de la mandíbula
inferior que absorben las vibraciones
sonoras y las transfieren al hueso
mandibular de donde viajan al oído
medio por un canal de tejido graso.
Estos animales pueden ubicar, por
sonido, objetos del tamaño
de una pelota de tenis a 120 metros
de distancia y encontrar objetos a
poca distancia del tamaño de
un perdigón de escopeta. Esta
increíble capacidad se debe
a que el cerebro del delfín
emite unas 700 señales sonoras
por segundo, mientras que el cerebro
humano tiene una capacidad analítica
de sólo 20 o 30 señales
por segundo. Es por eso que al bucear
con delfines el oído humano
capta una serie de chasquidos y cliks
que en su conjunto suenan como una
bisagra oxidada.
Sin embargo el delfín puede
distinguir las pequeñas variaciones
de la señal obteniendo datos
muy importantes para el animal. Un
delfín puede distinguir entre
un plato de cobre y otro de aluminio
aunque estén pintados del mismo
color y puede distinguir entre un
tubo hueco de uno sólido. Estos
datos sobre la consistencia de los
objetos son muy importantes al momento
de hincar el diente. Los delfines
también pueden emplear este
sonido para aturdir a sus presas o
asustarlas haciendo que un cardumen
permanezca compacto lo que facilita
su accionar. Se cree que éste
sonido es también la base de
un sofisticado sistema de comunicación.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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