PRADERAS
INVIBLES
Un solo litro de
agua de mar puede contener cientos
de miles de diatomeas, pequeñas
plantas microscópicas que,
en su conjunto conforman la mayor
biomasa vegetal de todo el planeta.
Observadas con un microscopio electrónico
se asemejan a delicados joyeros transparentes
de tramas delicadas y sorprendente
belleza (en la foto ampliadas 200
veces).
Estos estuches esféricos,
rectangulares, fusiformes u ovalados
son esqueletos externos formados con
la sílice que las diatomeas
extraen del agua de mar y segregan
en torno a si mismas. Los estuches
constan de dos partes perfectamente
encajadas una dentro de la otra. Para
evitar hundirse por el peso del estuche
estos minúsculos vegetales
poseen una microscópica gota
de aceite que les permite flotar e
incluso variar su flotabilidad cuando
la densidad del aceite varíe
en base a los cambios de temperatura
del mar.
Las diatomeas se
reproducen por bipartición.
El núcleo de la célula
se divide en dos y una parte se queda
con una de las tapas de sílice
y la otra con el resto, y después
cada una de estas células hijas
regenera la mitad del esqueleto que
le falta. Si la planta muere el esqueleto
de sílice se deposita en el
fondo. La acumulación de esqueletos
de diatomeas en el curso de los tiempos
geológicos ha dado lugar a
la formación de lechos de rocas
sedimentarias, a veces de varios metros
de espesor.
Como todas las
plantas, durante la fotosíntesis
producen más oxígeno
del que necesitan y abastecen de él
a los animales marinos. Las diatomeas
producen nada menos que el 70% del
oxígeno necesario para la población
animal de la Tierra. Además
son el "pasto" que sirve
de base a la cadena alimenticia marina.
Por ejemplo: un gran consumidor de
diatomeas es el krill que luego será
alimento de muchos animales marinos
entre ellos las ballenas.
Es por eso que si algo afecta la vida
de las diatomeas, afecta directamente
la vida en el planeta. Si el mar se
descompone y las diatomeas mueren,
la vida de la Tierra moriría
con ellas. Es increíble pensar
que toda la vida de nuestro sistema
dependa de la salud de una planta
extremadamente minúscula. Es
muy difícil imaginar que, cuando
nos desplazamos buceando por un fondo
marino, estamos atravesando un hermoso
jardín de las formas más
variadas y hermosas que la naturaleza
ha diseñado, sin poder verlo.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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