LAS
ESPONJAS Y EL CÁNCER
En 1984 un grupo
de buzos del Laboratorio de Biomédica
Marina del Harbor Branch, en una inmersión
de rutina en las Bahamas, recogieron
un trozo de esponja de una especie
que no habían visto hasta el
momento. Experimentos in vitro detectaron
un químico procedente de la
esponja que poseía una gran
capacidad anti cancerígena.
Pero, tras la alegría
inicial, se iniciaron cientos de expediciones
que no consiguieron recoger ninguna
muestra más. La búsqueda
se extendió por casi veinte
años en aguas de todo el mundo.
Desde el Caribe hasta Madagascar,
de las Seychelles hasta Galápagos,
de las Canarias hasta Tailandia. La
búsqueda lo cubrió todo
pero la respuesta estaba en lo más
profundo.
Recientemente, después
de casi veinte años, a 300
metros de profundidad, en un lugar
cercano a las Bahamas los científicos
dieron nuevamente con la preciada
esponja. Hoy el discodermolide, componente
que procede de las esponjas de aguas
profundas encontradas, está
en fase I para el tratamiento de cáncer
de pulmón y ha demostrado que,
hasta el momento no posee efectos
tóxicos.
Pero la gran profundidad
a la que se encuentran, la escasez
de este tipo de esponjas y el pequeño
tamaño de las mismas, que apenas
superan las medidas de un balón
de fútbol, hacen que se planteen
nuevos interrogantes: ¿cómo
conseguir esponjas sin diezmar las
poblaciones actuales? Una de las opciones
que se está teniendo en cuenta
es cultivar las esponjas en el fondo
marino. Otro opción podría
ser crear la sustancia sintéticamente
o, si el anticancerígeno era
producido por un microorganismo dentro
de la esponja, intentar cultivarlo
in vitro.
Hasta el momento
el Harbor Branch ha desarrollado más
de cien potenciales medicamentos procedentes
de organismos marinos que se han recogido
alrededor del mundo desde 1980. Tal
vez sean las esponjas marinas la solución
a una de las enfermedades más
temidas por los seres humanos.
El mar, ese monstruo
eterno de donde surgió la vida,
sigue dando vida. Es hora de que le
devolvamos el gesto. Es hora de comenzar
a protegerlo.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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