JUGAR
CON FUEGO
Posiblemente el
aspecto que más preocupa a
los naturalistas en la actualidad
es la manipulación genética
de los animales. Las protestas de
los grupos ecologistas se encuentran
frontalmente con los argumentos de
los productores que aseguran que,
bien usada, la manipulación
genética ayudará a mejorar
la calidad de los alimentos para el
consumo humano. Así nos encontramos
al día de hoy con frutas perfectas
a la vista y más duraderas
y tomates que resisten las heladas.
Pero parece ser que los adelantos
tecnológicos caen bajo la influencia
de la moda llegando a extremos no
solo ridículos si no, incluso,
peligrosos. Recientemente la empresa
Taikong de Taiwán, con la colaboración
de varios organismos oficiales de
la República de China, ha lanzado
al mercado de los acuaristas un nuevo
pez que brilla en la oscuridad.
Se trata del pez cebra o "Medaka"
una variedad asiática de agua
dulce a la que le añadieron
genes de medusa para darle fluorescencia.de
color amarillo verdoso. El nuevo pez
ovíparo creado fue bautizado
con el nombre de TK-1 y se prevee
un éxito sin precedentes entre
los amantes de los acuarios y su lanzamiento
comercial se hará en Gran Bretaña.
En tanto el Instituto de Zoología
de la Universidad Nacional de Taiwán
asegura que este pez no será
peligroso para el medio ambiente ya
que es estéril y vivirá
en permanente cautiverio.
Pero bien, supongamos que una niñita
inglesa enamorada de sus peces decide
liberarlos en un río cerca
de su casa. Es probable que, debido
a la fluorescencia los depredadores
normales de ese río decidan
no comérselo. Pero además
los genes no actúan de forma
aislada y su modificación para
añadir la fluorescencia puede
desencadenar cambios en otros genes.
Cambios que tal vez no podamos controlar.
En el terreno de las suposiciones
pueden pasar muchísimas cosas:
Que se conviertan en nuevos e inesperados
depredadores de otros peces y plantas
-ya ha pasado con las carpas-, que
los peces se adapten sin problemas
al agua salada y salgan del río,
o incluso que encuentren la forma
de reproducir. No se sabe, nunca antes
se mezclaron genes de ese pez con
genes de medusa.
Como quiera que sea, ninguna persona
consciente puede negar el avance tecnológico.
Pero esta tecnología debería
ser aplicada en beneficio de la humanidad
y en mejora de la calidad de vida
en nuestro planeta y no puesta al
servicio de una moda sin sentido y
que puede resultar peligrosa y destructiva.
No podemos negar los beneficios del
fuego, pero jugar con él es
innecesario y peligroso, quien lo
hace sólo consigue quemarse.
Chernovile debió enseñarnos
que los mejores planes fallan y cuando
alguno de estos planes, fallan la
humanidad corre riesgos.
En tanto un pequeño pez luminoso
mira al frágil mundo desde
su pecera, tal vez él no sea
motivo de preocupación. Pero
tal vez signifique el primero de una
larga lista de peces modificados.
Experimentos que nos llevan a preguntarnos,
una vez más, si el hombre es
realmente el animal inteligente de
este planeta.
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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