EL
LENGUAJE DE AMOR DE LA SEPIAS
Primas hermanas
de los pulpos y los calamares, las
sepias se contentan con ser la parte
menos famosa de la familia. De hecho
han desarrollado un método
para pasar totalmente desapercibidas
en el fondo del mar.
La base de este método son
las células llamadas cromatóforos
que están llenas de pigmentos
de color rojo, amarillo y negro pudiendo
contraerlas o expandirlas en milésimas
de segundo logrando, de esta manera
que su cuerpo cambie de color o presente
rayas o lunares o incluso que se camufle
con el color del fondo, punto relevante
sobre todo si se tiene en cuenta que
los cefalópodos no podrían
distinguir los colores de este fondo.
También utilizan estos cambios
de colores, junto con posturas corporales
para establecer alguna especie de
lenguaje. En algunas especies se han
clasificado 31 variaciones de color
y más de trescientos diseños
que afectan a todo el cuerpo.
Normalmente pasan
sus vidas en el fondo del mar preocupadas
por pasar desapercibidas pero, al
llegar el momento de la cópula,
el instinto de reproducción
es más fuerte que el miedo
a ser comido. Entonces los machos
que se acercan a un grupo de hembras
comienzan a dar señales visuales
realmente increíbles: su piel
toma un color rayado similar al de
las cebras pero las rayas no están
estáticas sino que se mueven
a lo largo de su cuerpo como si fueran
luces de neón.
Las hembras, atentas
a las demostraciones de los machos
permanecen con su color moteado, si
algún macho no efectuara estos
cambios de color, quizás por
estar enfermo, y permaneciera moteado,
podría ser confundido con una
hembra por los otros machos.
Una vez elegida la hembra, el macho
deberá alejar a la competencia
de su zona para lo que adopta posturas
agresivas, la cuestión se resuelve
en forma sencilla: el macho más
grande se queda con la hembra a la
que aún tendrá que convencer.
Con ese fin comenzará a acariciarla
suavemente con sus tentáculos
entre los ojos, en un principio la
hembra puede mostrarse alarmada manifestándolo
por un modelo cromático que
indica cierto grado de turbación.
El macho la calmará soplándole
agua suavemente con su mecanismo de
propulsión. Si en ese momento
se acercara otro macho tratando de
arrebatarle la pareja él podrá
mantener el lado de su cuerpo en el
que está la hembra de un color
que indique calma, mientras que del
lado del macho visitante presentará
modelos agresivos que decidirán
a éste a huir del lugar.
Una vez convencida la hembra copularán
y volverán a mimetizarse con
el fondo. Al poco tiempo nacerán
las crías de esta fugaz unión.
Pero eso, eso es otra historia...
"No
se puede defender lo que no se ama
y no se puede amar lo que no se conoce"
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