Un grupo internacional de más de 11.000 científicos de 153 países han hecho pública una declaración en la que la ciencia nos advierte sobre un «incalculable sufrimiento humano» como consecuencia del cambio climático, la que será inevitable si no se ejecutan políticas que impliquen profundos y duraderos cambios que reduzcan de manera significativa las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los firmantes del trabajo coordinado por William J. Ripple y Christopher Wolf, de la Universidad Estatal de Oregón y publicada en BioScience sostienen que son muy exiguas las medidas tomadas para frenar el cambio climático, a pesar del abrumador consenso científico sobre esta amenaza, aportando datos sobre los principales indicadores climáticos de los últimos 40 años; esto es, desde la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima celebrada en Ginebra en 1979.
«A pesar de 40 años de negociaciones mundiales importantes, hemos seguido haciendo negocios como de costumbre y no logramos abordar esta crisis», sostiene Ripple, profesor de ecología. «El cambio climático llegó y se está acelerando más rápido de lo que muchos científicos esperaban», refleja el diario español ABC.
Es por esto que este grupo de científicos ha decido hacer recomendaciones en torno a seis áreas sobre las que consideran imprescindible acometer nuevas políticas a los efectos de paliar los probables efectos catastróficos que, de no mediar cambios, deberá afrontar la humanidad en un futuro quizás más cercano de lo que muchos han previsto:
Energía
Se recomienda el reemplazo de la utilización de combustibles fósiles por energías renovables con bajo impacto de emisión de carbono. Cesar paulatinamente con la extracción de estos combustibles para dejar el carbono en el suelo. También se recomienda eliminar los subsidios a las compañías petroleras tradicionales e imponer tasas de carbono suficientemente altas como para desalentar el uso de los combustibles fósiles.
Otros gases de efecto invernadero
Reducir rápidamente las emisiones de metano, hidrofluorocarbonos y otros contaminantes climáticos de corta duración; ya que esto contribuirá a desacelerar la tendencia al calentamiento global en un 50% durante los próximos años.
Naturaleza
Restaurar y proteger ecosistemas como bosques, praderas, turberas, humedales y manglares, para inducir a que estos ecosistemas alcancen todo su potencial ecológico en el secuestro de dióxido de carbono.
Alimentación
Promocionar e inducir a un cambio en las costumbres alimenticias, esto es, comer más vegetales y consumir menos productos animales. El cambio en la dieta, además de beneficiar la salud en general, contribuiría a reducir de un modo significativo las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero y conllevaría a su vez la liberación de tierras agrícolas para el cultivo de alimentos humanos en lugar de alimentos para los animales.
Recalcan además la importancia en la reducción del desperdicio de alimentos, los especialistas sostienen que al menos un tercio (o quizás más) de todos los alimentos producidos terminan como basura.
Economía
Convertir la economía de modo que la misma sea libre de emisiones de carbono. Replantear los objetivos de crecimiento del producto interior bruto y quitar el eje el objetivo casi único de incrementar la riqueza. Explotar los ecosistemas de un modo racional y sostenible en el largo plazo.
Población
Estabilizar la población mundial, en constante aumento, aplicando enfoques que garanticen la justicia social y económica y el acceso de todos a un nivel de vida digno y sostenible.
Conclusiones
Mitigar y adaptarse al cambio climático al tiempo que se honra la diversidad de los seres humanos implica grandes transformaciones en las formas en que nuestra sociedad global funciona e interactúa con los ecosistemas naturales. Nos alienta un reciente aumento de toma de conciencia. Los organismos gubernamentales están haciendo declaraciones de emergencia climática. Los estudiantes están activos. Muchas demandas por ecocidio se están llevando a cabo en los tribunales. Los movimientos de ciudadanos de base exigen cambios, y muchos países, estados, provincias, ciudades y empresas están respondiendo.
Como la Alianza de Científicos del Mundo, estamos listos para ayudar a quienes toman decisiones para una transición justa hacia un futuro sostenible y equitativo. Instamos al uso generalizado de signos vitales, lo que permitirá a los encargados de formular políticas, el sector privado y el público comprender mejor la magnitud de esta crisis, rastrear el progreso y realinear las prioridades para aliviar el cambio climático. La buena noticia es que ese cambio transformador, con justicia social y económica para todos, promete un bienestar humano mucho mayor que el de los negocios. Creemos que las perspectivas serán mayores si quienes toman decisiones y toda la humanidad responden de inmediato a esta advertencia y pedido de declaración de emergencia climática y actúan para mantener la vida en el planeta Tierra, nuestro único hogar.
Daniel Blanco
exclusivo para barrameda.com.ar
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