Entre seis y diez cachalotes mueren cada año en el corredor marítimo que separa los puertos de Las Palmas y Santa Cruz en las Canarias. La población local de estos individuos, que es de alrededor de 350 ejemplares, elige la zona del corredor para sus cacerías a gran profundidad. Al emerger a respirar chocan con los ferrys y los barcos de transporte, cuyas quillas afiladas causan muchas veces la muerte del animal.
Los cachalotes son los mamíferos marinos que cazan a mayor profundidad, en fondos donde no llega la luz del sol, guiados únicamente por su sistema de ecolocación que consiste en la emisión de sonidos parecidos al de las castañuelas. El rebote de esos sonidos en el fondo le permite encontrar a sus presas en la oscuridad absoluta. Pero al emerger no pueden captar a las embarcaciones que navegan en la superficie. El análisis de la estructura de sus oídos demostró que eran incapaces de oír los sonidos de baja frecuencia provocados por las embarcaciones. También es lógico pensar que, al ascender, los cachalotes no utilizan su sistema de ecolocación ya que se supone que la superficie debería estar «despejada» y no reconocen el riesgo del choque con las embarcaciones.
Recientemente el biólogo francés Michel André, especialista en bioacústica de cetáceos ha creado el Sistema Anticolisión con Grandes Cetáceos (WACS, es su sigla en inglés) que consiste en doce boyas ubicadas a diez kilómetros de distancia una de otra. Cada boya está equipada con micrófonos y sensores capaces de detectar las vocalizaciones de los cachalotes o la distorsión que provocan en el ruido ambiental que los circunda. Una vez obtenida la posición de estos grandes cetáceos, es transmitida a una estación terrena que alerta a las embarcaciones que transitan por el corredor marino.
A partir de la implementación del WACS no habrá que lamentar más muertes de grandes mamíferos por choques y navegar en la zona será más seguro tanto para los hombres como para los cachalotes, que habrán demostrado una vez más que pueden compartir el mar en armonía y evitando lastimarse mutuamente.
«No se puede defender lo que no se ama y no se puede amar lo que no se conoce»