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Filo | Chordata | |
Clase | Mammalia | |
Orden | Carnívora | |
Familia | Phocidae | |
Status UICN ver 3.1 | Vulnerable | |
Status CITES | Sin determinar |
Nombre científico: Cystophora cristata (Erxleben, 1777)
Otros nombres vulgares: Foca encapuchada o foca narizona.
Descripción general y características
Los adultos son de color gris plateado, siendo la cara y boca casi negras. Su pelaje presenta manchas irregulares oscuras pequeñas, de formas redondeadas u ovaladas, o bien con forma de aro.
Hay un gran dimorfismo sexual, ya que los machos son mucho más grandes que las hembras. Los machos pesan casi el doble que las hembras aunque no miden mucho más; así, mientras que los machos miden entre 2,3 y 2,9 m, las hembras miden entre 2 y 2,3 metros. En cuanto al peso, mientras que los machos pesan como media 250 kg., pudiendo alcanzar los 435kg., las hembras pesan de media 180 kg., pudiendo alcanzar los 350 kg.
Estas focas son robustas, con cabezas grandes, largas y relativamente angostas.
Viven entre 25 y 35 años.
Septo nasal y casco
Los machos tienen un apéndice nasal en forma de saco encima de las fosas nasales que pueden inflar. Crece a medida que el animal envejece y semeja un casco justo sobre la nariz, de ahí el nombre foca de casco.
Además estas focas también pueden inflar la piel que separa las fosas nasales, llamado también septo nasal. Este al inflarse parece un globo rojo. Para ello, cierran un orificio nasal o lo inflan con el otro.
Ambas estructuras son utilizadas por los machos para atraer a las hembras o para amenazar a otros machos.
Comportamiento
Son muy agresivas en comparación con otras especies de focas. Los machos adultos amenazan inflando el apéndice nasal, que puede llegar a hincharse más del doble de un balón de fútbol.
Las hembras son maduras a los 3 a 6 años mientras que los machos lo son a los 5 a 7 años.
Esta especie es polígama, ya que los machos se aparean con varias hembras y protegen de otros machos a cada hembra y a sus crías mientras éstas se alimenten de la madre. Los machos compiten y se pelean entre ellos por las hembras al comienzo de la temporada de cría.
La temporada de cría de estas focas es muy corta, ya que dura aproximadamente 2,5 semanas, realizándose el apareamiento en el agua. Las crías nacen en el hielo a mediados de marzo.
Normalmente tiene una cría en cada parto, siendo el período de gestación de poco menos de doce meses. Dan a luz sobre el hielo y los recién nacidos pesan unos 25 kg. y miden 1 metro.
Además es la especie de mamífero con un menor tiempo de lactancia; este dura sólo cuatro días, tiempo que le es suficiente a la cría para doblar el peso que tenía al nacer (pesan 48 kg. a los 4 días), ya que llega a subir 7 kg. por día. Lo que hace es acumular una capa de grasa gracias a la leche materna la que contiene un 60 a 70 % de grasa. Tras estos cuatro días la madre se separa de la cría, que sobrevivirá durante varias semanas de la grasa almacenada en su cuerpo hasta que sea capaz de nadar y pescar por sí misma.
Es una especie altamente migratoria que vaga grandes distancias. Tras la temporada de cría, por lo general entre abril y junio, viajan grandes distancias para alimentarse. Entre junio y agosto se reúnen en el hielo para hacer la muda, tras lo cual se dispersan hasta que sea la época de cría de nuevo.
Los patrones de migración aún no están bien documentados, aunque sin embargo parece ser que las poblaciones del noroeste mudan frente a la costa este de Groenlandia en el Estrecho de Dinamarca. También han sido vistos a lo largo de la costa occidental de Groenlandia. Las focas de Jan Mayen parecen mudar en dos lugares al norte de la zona de cría para dispersarse posteriormente a Islandia, noruega y las islas Feroe. Las poblaciones del noroeste pasan el invierno en aguas de Terranova.
Quitando los periodos de cría y de muda cuando las focas se agregan en áreas específicas, se piensa que el resto del año tienen vidas muy solitarias. Sin embargo, en realidad poco se sabe de sus vidas fuera de estos períodos.
Se alimentan de una gran variedad de peces e invertebrados marinos, incluyendo cualquier especie que se encuentre en la columna de agua donde se mueven. Ejemplos típicos de presas son el bacalao atlántico y polar, las gallinetas (Sebastes spp.), anguilas, arenques, capelanes, calamares (por ejemplo, Gonatus fabricii) y camarones. Para alimentarse se han adaptado a sumergirse bajo el agua.
La mayoría de sus inmersiones las realizan entre los 100 y 600 metros de profundidad, aunque pueden llegar a descender a 1000 metros o permanecer bajo el agua hasta cerca de una hora.
Son depredadores de las focas de casco los osos polares y las orcas. Los tiburones de Groenlandia (Somniosus microcephalus) también pueden ser depredadores de jóvenes focas.
Hábitat y distribución geográfica
Es natural de las aguas árticas y el océano Atlántico.
Su distribución comprende las aguas desde el noreste de América del Norte hasta Islandia y Svalbard (archipiélago situado en el océano Glacial Ártico).
Existen cuatro grandes áreas de cría, cerca de las Islas Magdalena en el Golfo de San Lorenzo, al norte de Terranova, en un área conocida como el «Frente», en el estrecho de Davis y en el oeste de hielo en el Mar de Groenlandia, cerca de la isla de Jan Mayen.
Aun así los jóvenes pueden vagar grandes distancias, y se han llegado a ver ejemplares en el sur de Portugal y las Islas Canarias, e incluso en el sur en el Caribe. En los últimos años además se están volviendo comunes en la Isla Sable y a lo largo de la costa de Nueva Inglaterra
Desde mediados de los 90, se han visto un gran número de ejemplares perdidos fuera de la región ártica, cada vez más, por razones desconocidas. Algunas de las teorías por las cuales podrían desplazarse a zonas alejadas son que haya cambiado la distribución de las presas, que haya aumentado la pesca comercial, lo que ha obligado a las focas a irse más al sur a buscar alimento, o que las condiciones meteorológicas le obliguen. Muchas son crías desnutridas o adultos heridos o enfermos.
Se encuentran por lo tanto en zonas de Canadá, Groenlandia, Islandia, Noruega y Estados Unidos, y también se les ha visto llegar a Argentina, Bahamas, Bermudas, Francia, España, Portugal, etc.
Causas de disminución
Las causas del importante descenso en el noreste Atlántico son desconocidas. Sin embargo, la preocupación por el alarmante descenso ha hecho que se prohíba su caza en los últimos años, aunque parece ser que se le caza. Además Noruega la ha incluido en su Lista Roja como vulnerable.
Algunas de las causas que afectan a la especie parecen ser las siguientes:
Las focas de casco fueron sometidas a una intensa caza comercial en los siglos XIX y XX, junto a las focas arpa y tiburones de Groenlandia. Noruega, la antigua Unión Soviética, Canadá y Groenlandia han sido los principales responsables. Tras la Segunda Guerra Mundial, la caza se centraba principalmente en las crías debido al gran valor de su piel, aunque se mataba también a muchas madres que intentaban defender a sus crías.
Parece ser que el número de focas en el noroeste del Atlántico es relativamente bien conocido y que se han hecho numerosas provisiones de crías que nacen y del TAC (capturas totales admisibles), que se han ido ajustando a los largo del tiempo.
Desde 1998, los TAC se han fijado en unas 10000 focas al año, número que ha ido variando. Anteriormente, estas focas fueron cazadas durante siglos en el Mar de Groenlandia, y la caza aumentó considerablemente tras la Segunda Guerra Mundial a niveles claramente insostenibles. Las medidas reglamentarias se introdujeron en 1958 para controlar la cantidad cazada a través de estudios de población.
Las focas de casco también son cazadas por los nativos de Groenlandia y Canadá con fines de subsistencia.
Además hay una cantidad que se captura incidentalmente, muchas de ellas atrapadas en mallas de arrastre.
La competencia por la alimentación con la pesca comercial y con otros depredadores son otros factores que pueden limitar el crecimiento de la población, y llevarla a la disminución.
Además el impacto de los derrames de petróleo podría afectar a las crías, aunque sobre este punto se sabe poco.
También están expuestas a enfermedades como el morbilivirus, aunque no han llegado a provocar grandes problemas de mortalidad.
Por otro lado estas focas, que hacen parte de su vida para criar, mudar y descansar, son vulnerables a la reducción del hielo y desaparición.
El calentamiento global también puede afectar a algunas especies de las que se alimentan
Medidas de conservación
Numerosas medidas de conservación, planes de gestión internacional, control de cuotas y acuerdos y tratados han sido desarrollados para la conservación de la foca de casco.
En 1983, la presión de las personas llevó a que en Europa se prohibiera la importación de productos derivados de estas focas, y en Canadá se prohibió su caza comercial en 1987. Desgraciadamente, la caza ilegal ha continuado. Las autoridades canadienses incautaron 22846 focas muertas en la cacería en 1996. Además hay gente que quiere que se levante la prohibición de caza.
Su caza comercial está prohibida en e Golfo de San Lorenzo (desde 1972) y en el Estrecho de Davis, aunque en otros lugares siguen siendo cazadas. Además, a la especie se le ha protegido en el Estrecho de Dinamarca durante su época de muda desde 1961.
En 1996, aunque el límite legal de capturas era de 8000, este no se aplicó y se cazaron 25000, a pesar de la falta de demanda. En la temporada del 2000 solo se cazaron 1871 de estas focas al parecer, de las cuales 1346 no eran crías lactantes, y 525 eran adultos. Para 2001 se fijó una cuota máxima de caza de 10300 focas adultas.
La opinión pública ha demostrado que el 50 % de los canadienses quieren que cese la caza en las zonas permitidas, y el 75 % se opuso a la subvención federal a la caza. Y es que igual que en el caso de la foca arpa, sin las ayudas del gobierno no habría mercado para los productos derivados de la foca.
La caza de subsistencia se lleva entre 4000 y 6000 focas en Groenlandia, y unas 100 en el norte de Canadá.