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Filo | Chordata | ||||||
Clase | Mammalia | ||||||
Orden | Carnivora | ||||||
Familia | Ursidae | ||||||
Status UICN ver 3.1 | Vulnerable | ||||||
Status CITES | Apéndice I |
Nombre científico: Tremarctos ornatus (F.G. Cuvier, 1825).
Otros nombres vulgares: Oso Frontino, Oso Real, Oso Andino, Oso Salvaje, Oso Sudamericano.
Descripción general y características
Lo que más caracteriza a esta especie es la presencia de manchas blancas o amarillentas en torno a los ojos, que en ocasiones llegan a la zona de la garganta y pecho, aunque en algunos especímenes pueden faltar totalmente las manchas claras en el rostro. El patrón del dibujo de tales manchas varía de un individuo a otro. El color de pelaje más común es el negro, aunque se encuentran ejemplares de color marrón y, con mucha menor eventualidad, de color rojizo.
Es uno de los mamíferos sudamericanos de mayor alzada. Su cabeza es grande en relación al resto del cuerpo (característica en común con el panda gigante), posee poderosa mandíbula, teniendo el cráneo dos importantes fosas maseteras. Su cuerpo llega a medir 1,8 m pero en la actualidad es más frecuente encontrar ejemplares de 1,5 m. El peso de los machos adultos ronda los 140 kg. Sus garras, muy adaptadas para trepar a los árboles, poseen afiladas uñas. Se percibe una convergencia evolutiva: el cuerpo de estos osos llega a recordar al de los grandes primates (de allí que en muchos lugares dieran lugar a mitos y leyendas referidas a «hombres salvajes peludos que viven en las selvas»).
Comportamiento
Como casi todos los osos actuales, el Tremarctos ornatus es omnívoro, aunque su dieta habitual es preferentemente de origen vegetal: bromeliáceas, frutos, bayas, bulbos, raíces, cortezas, hojas y hongos; un pequeño porcentaje de su dieta es de origen animal o derivada: insectos, miel, huevos, reptiles, peces, roedores, conejos, pichones, y muy ocasionalmente, caprinos, ovinos, camélidos y vacunos. Por tal régimen alimentario, el oso de anteojos es el úrsido más herbívoro tras el oso panda. La hembra suele parir dos oseznos.
Son de hábitos solitarios y mayormente diurnos. En áreas boscosas establecen senderos que permiten un desplazamiento rápido entre áreas alejadas, así como la comunicación intraespecifica a través de marcaje por medio de rasguños y olor (feromonas). Como la mayoría de sus parientes úrsidos, están muy bien adaptados para trepar. En los árboles encuentran gran parte de su alimento. En las ramas de los árboles suelen establecer plataformas para su alimentación y/o descanso.
Plantígrados como todos los osos, sus «pies planos» les facilitan una postura erecta que utilizan tanto para mirar a lontananza como para trepar árboles y rocas o para aparentar mayor masa corporal en un acto de amedrentamiento que se refuerza con el hirsutismo de su pelo (horripilación). No se conoce que tenga periodos de aletargamiento estacional.
Hábitat
Habita casi exclusivamente los bosques húmedos andinos con precipitaciones anuales superiores a los 1.000 mm (zonas perhúmedas), aunque también se le encuentra en páramos y zonas semiáridas cuyas precipitaciones rondan los 250 mm. Mora preferentemente en los pisos montanos que van de los 800 a los 3.800 metros, aunque llega a altitudes de 4.750 metros. En la vertiente occidental de los Andes centrales del Perú (Dto. Lambayeque, Reserva Ecológica Chaparri) desciende hasta el desierto y los bosques secos donde se alimenta de cactus, sapote (Capparis spp.) y troncos de pasallo (Eriotheca spp.).
Aparentemente al inicio de la conquista española, en el siglo XV, el área de distribución de este oso parece era más extensa. Posiblemente su distribución incluía las Sierras Pampeanas de San Luis y Córdoba e incluso las laderas del Aconquija y las sierras boscosas de Ancasti (centro oeste de Argentina).
Distribución geográfica
El oso andino habita en la Cordillera Andina en los límites, oeste, vertiente del Pacífico y de las Cuencas Amazónico – Orinoquense, norte, vertientes Caribe y del Lago de Maracaibo (Venezuela), Centro, hasta el sur de Perú y noroeste de Bolivia. Abarcando el occidente de Venezuela y atravesando Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Vive a alturas que van desde los 250 hasta los 4.700 metros o más.
La especie ha sido reportada en la región del Darién en Panamá, incluso se tienen registros recientes de la presencia de la especie reportados por cazadores de la región; y más al sur, hasta el Noroeste de Argentina donde individuos aislados podrían existir aún en la provincia de Jujuy.
Causas de disminución
En el 2004 se consideraba que en toda Sudamérica quedaban unos 18.250 osos de anteojos en vida silvestre. La mayor parte de la población se encuentra en Perú, seguido por Colombia, Bolivia y Ecuador.
Ha sido intensamente cazado por el humano, tanto porque se lo considera un peligro y una «plaga» como por «deporte» e incluso por supersticiones (en varios lugares se cree que sus garras poseen propiedades medicinales). Sin embargo ha sido un animal «totémico» para muchas etnias originarias, y en esos casos, tales grupos evitaban su caza. Cumple importantes funciones ecológicas como es dispersor de semillas, depredador y polinizador.
Medidas de conservación
Es importante proteger a esta especie por todo lo dicho en el apartado anterior, conservando los bosques donde vive, impedir su cacería y tráfico ilícito, y desterrar el mito de sus garras como medicamento.
En 1998 menos del 20 % (48,000 km²) de su área estaba legalmente protegido, incluyendo 58 parques nacionales, reservas y santuarios. Desde entonces, numerosos parques han aumentado su tamaño y se han establecido otros nuevos. Sin embargo, algunos contienen hábitats que realmente no son adecuados, y otros son aún demasiado pequeños o están demasiado aislados para mantener poblaciones viables de osos, por lo que hay que promover la creación de corredores que unan grupos de áreas protegidas.
Está incluido en el Apéndice I del CITES y están protegidos por la legislación nacional de cada país. Sin embargo, existen lagunas en algunas leyes que algunas personas utilizan para poder matar a los osos con total impunidad.