Las sabanas son biomas propios de los trópicos. Se encuentra en extensas regiones de África, Asia, Australia y América del Sur. En ellas predomina la vegetación herbácea. Sin embargo, no carecen de árboles, aunque éstos se encuentran dispersos.
El suelo de la sabana es arcilloso e impermeable. Una característica propia de este bioma es la alternancia de una estación húmeda y otra seca. La estación seca es muy árida, característica que facilita la propagación de incendios. El fuego agiliza el crecimiento de las hierbas y frena el desarrollo de los árboles, acelera la mineralización del suelo y el crecimiento de las plantas que se adaptan a esas condiciones.
La sabana africana
En la sabana africana, que ocupa el este del área central de África, se registran temperaturas medias de 23º C, con precipitaciones anuales de 600 mm. No existe una frontera bien determinada entre el bosque y la sabana. En África el terreno boscoso se interna en la sabana por medio de especies arbóreas de hojas caducas, es decir, que caen en la estación seca.
Los árboles más frecuentes son acacias y baobabes. Este bioma está poblado de antílopes, cebras, jirafas de más de cinco metros de altura, rinocerontes, elefantes, búfalos y grandes mamíferos carniceros.
Las plantas herbáceas -hierbas, pastos y gramíneas- son típicas de las sabanas. Hace 50 millones de años el régimen de lluvias de la Tierra sufrió un cambio. En vastas zonas se difundieron las herbáceas en perjuicio de los árboles.
El suelo de la sabana no llega a gran profundidad, en la primera capa, llamada horizonte A, las partículas de suelo se mezclan con materia orgánica en descomposición, no muy abundante, en la segunda capa, u horizonte B, prevalecen los minerales.
Los animales de selvas y bosques acudieron atraídos por la abundancia de alimentos. La clave de la continuidad de las gramíneas y otras herbáceas en las sabanas consiste en su gran adaptabilidad por un lado, y por otro, en el hecho de que brotan a ras del suelo e inclusive, en muchas especies, debajo de él. Esto permite que los animales herbívoros se alimenten sin destruir la planta, que puede seguir creciendo.
Dado que las gramíneas en épocas de sequía aumentan su contenido de celulosa y ésta dificulta su ingestión, los animales de la sabana desarrollaron molares más duros y, en el caso de los rumiantes, un estómago dividido en cavidades para facilitar la digestión.
Otras formas de vida típicas de este bioma son las innumerables especies de insectos, que aparecen en la temporada de lluvias.
Chaco, llanos y cerrados
En América existen tres tipos diferentes de sabanas: los cerrados, el chaco y los llanos. Los cerrados son formaciones que se extienden por el altiplano de Brasil y cubren casi 2.000.000 de km2. Presentan una amplia variedad de ecosistemas: campos limpios, que son zonas de pastos, campos sucios, donde hay árboles y arbustos, campos cerrados, que son las típicas sabanas leñosas, y los cerradones, donde la cobertura arbórea ocupa el 50% del terreno.
El chaco abarca casi 1.000.000 de km2 en territorios de Bolivia, Paraguay y Argentina. Es una zona donde predominan las plantas leñosas con espinas. Las condiciones climáticas se vuelven progresivamente más secas al oeste de los ríos Paraguay y Paraná. Los bosques chaqueños pasan de tener un carácter de selva tropical en la llamada zona de chaco húmedo, a ser una zona de bosque ralo a la que se denomina chaco seco.
Los llanos abarcan casi 500.000 km2 en Venezuela y en Colombia. De abril a octubre las lluvias hacen desbordar los ríos y provocan inundaciones. En la estación seca, el agua se evapora y el terreno se vuelve muy árido.
El hombre en la sabana
En 1924, el antropólogo Ragmond Dart descubrió un pequeño cráneo petrificado en Taung, Sudáfrica. Declaró que pertenecía a un antepasado del hombre actual, y lo llamó Australopithecus. La idea de que el hombre se originó en la sabana africana fue confirmada por hallazgos posteriores que permitieron acumular un importante registro de restos fósiles, gracias sobre todo a las investigaciones de Richard Louis y Mary Leakey en distintos lugares de África.
Los zoólogos establecieron que los hallazgos pertenecían a especies que, como el hombre, integraban el orden de los primates. Se piensa que estos seres, menores en tamaño y fuerza que los animales que capturaban, debían necesariamente movilizarse en grupos, con división de las tareas según el sexo y la jerarquía, y consumo compartido de los alimentos.