Los grupos humanos primitivos no vivían en lugares fijos; se trasladaban de un sitio a otro en búsqueda de agua y alimentos hasta que comenzaron a cultivar la tierra, actividad que les exigía establecerse en forma, al menos, temporaria.
Las posibilidades que brindaba la agricultura, las necesidades propias de la organización de los recursos disponibles los impulsaron a agruparse en conglomerados. Así surgió la ciudad como un núcleo de población aislado en territorios muy vastos y despoblados.
La ciudad medieval
Durante la Edad Media, las ciudades se constituían alrededor de castillos feudales. Pero a medida que los centros urbanos crecían gracias al desarrollo económico, sus habitantes se asociaban para defender sus derechos y obtener privilegios políticos. En esas ciudades tradicionales las casas se construían una junto a otra, con calles muy angostas y una plaza donde se concentraba el comercio. Las plazas fueron poblándose por artesanos independientes que dieron origen a una nueva clase social denominada burguesía. El hecho de que las ciudades se constituyeran en centros de comercio hizo posible también su crecimiento económico y cultural.
Los adelantos técnicos, la creciente necesidad de mano de obra en la industria, el progreso de la medicina y la sanidad y la creación del transporte público determinaron que en los últimos trescientos años, y en especial a partir del siglo XIX, comenzara un desarrollo vertiginoso de los conglomerados urbanos. En 1800, vivían en ellos 50 millones de personas; en 1994, 1.500 millones.
Los problemas de la gran ciudad
El crecimiento acarrea enormes inconvenientes. La calidad de la vida en las ciudades se ha deteriorado seriamente. La superpoblación, la deficiente eliminación de desechos y la polución -industrial y por la circulación de vehículos- convierten a las grandes ciudades en los principales centros de contaminación del planeta.
El crecimiento y la concentración de la población mundial son cada vez mayores.
Cada año se producen noventa millones de nacimientos; en un segundo nacen tres niños: dos de ellos vivirán en condiciones de pobreza.
Otra amenaza es el surgimiento de los desplazados por problemas ecológicos: 100 millones de personas se han visto obligadas a emigrar en los últimos años, por vivir en áreas expuestas a condiciones climáticas adversas y que casi no proporcionan recursos para la subsistencia.
Contaminación y marginación
Las ciudades consumen cantidades enormes de energía y de recursos, y generan toneladas diarias de residuos industriales y domésticos.
Los procedimientos comunes para la eliminación de los mismos han sido el vertido en ríos y mares, el entierro para rellenar terrenos bajos y la incineración. En casi todos los países subdesarrollados se eliminan los desechos de esa forma. Sin embargo, son prácticas altamente contaminantes de las napas, las aguas superficiales y la atmósfera.
Un problema especial es el que presentan las no biodegradables. Se llama así a ciertos materiales que no pueden ser descompuestos rápidamente por la acción de los organismos vivos, como las bacterias. Son no biodegradables ciertos detergentes, los plásticos y los plaguicidas organoclorados. En las ciudades, los plásticos son los que ocasionan mayores inconvenientes pues se emplean en cantidad en envases y embalajes. Estos materiales perduran por mucho tiempo en el ambiente, resulta muy difícil reciclarlos y, por otra parte, si se los incinera generan dioxinas, compuestos de gran toxicidad. Este problema podría ser solucionado mediante la utilización de nuevos plásticos autodegradables y el incremento del porcentaje de reciclado.
El tránsito también genera contaminación por la emisión de gases nocivos de los automotores, y polución auditiva por el intenso ruido.
En muchas ciudades, la valorización económica de los terrenos ha aumentado notablemente. Aunque se considera los espacios verdes como una necesaria condición de equilibrio en toda ciudad moderna, muchas de las más populosas han perdido el cinturón verde que antes las rodeaba, para dar espacio a barrios de viviendas, fábricas, depósitos, aeropuertos y supermercados.
En muchos países, la migración a las ciudades es consecuencia de las difíciles condiciones de vida que imperan en las áreas rurales. Surgen así barrios marginales con carencias en infraestructura sanitaria y asistencial. Se estima que en las ciudades de América latina y Asia, del 50 al 75% de la población se encuentra en esas condiciones.
La Organización Mundial de la Salud ha calculado que más de 100 millones de personas viven en las calles de las ciudades más pobladas del planeta, subsistiendo gracias a basurales y vertederos.