Estos peces tan conocidos por sus extrañas formas exteriores, debido a las placas que recubren sus cuerpos y de los que se han descrito más de veinte especies para nuestras aguas, pertenecen a la familia Loricaridae, del latín loricarius: el fabricante de lorigas que son las armaduras que en un tiempo llevaban los jinetes y sus caballos o la defensa circular de hierro que protege la madera de las ruedas de los coches.
Comúnmente se las llama: vieja del agua; vieja negra; vieja de cola: pega pega; vieja alargada; vieja manchada; yarú itacuá; maimingué; tendeí; vieja de látigo, y otros.
Estos peces se caracterizan por la protección de sus cuerpos, revestidos de placas o escudos que los recubren y hasta por su forma de reproducción, ya que llevan el racimo de huevos fecundados en una cavidad bajo el maxilar inferior y que no abandonan hasta la salida de las crías.