Pocas noches después de la luna llena de noviembre se desarrollará el más fantástico espectáculo que la vida haya creado jamás. Poco después del crepúsculo, impulsados por designios ancestrales, los corales de las grandes barreras bullirán de vida en mágica sincronía, liberando al mar miles de millones de diminutos huevos. Esperanza encapsulada que viajará arrastrada por la corrientes marinas hacia otros lugares donde la muerte haya dejado su marca. Llegarán de a millones en marcha silenciosa hacia el lugar donde el mar, enojado, convirtió la ira en despojos.
Llegarán donde los tsunamis llegaron portando muerte y agonía. Llegarán para sembrar de vida los cuencos vacíos del coral muerto, pintando de colores la tragedia, volviendo las sombras a la vida. Sobre el blanco coral yerto encontrarán asilo, haciendo base sobre las sólidas rocas arrastradas por la marea. En cada columna, en cada viga arrebatada a la playa encontrarán una guarida. Y serán suyas las cosas que estaban perdidas.
El fondo volverá a hervir de colores y con los colores volverá la vida. Volverán los peces a jugar inquietos. Se multiplicarán las anémonas, revivirán las esponjas, corretearán los cangrejos en busca de comida. Volverán a saltar los delfines y a desconfiar los tiburones. Retornarán las tortugas, los peces loro, los pulpos y las medusas . Cada naufragio explotará en arco iris de colores, como las alas de un fénix que duelen de coloridas. Cada roca será una gema, cada erizo una diadema, cada estrella será como una estrella caída.
Y comprenderemos que las grandes catástrofes son partes de la vida. Que ha de haber una noche negra para que nazca un nuevo día. Que es requisito morir primero para volver a la vida. Que no hay Cristos sin Judas ni lluvias salvadoras sin sequías. Que hay que arar la tierra para que crezcan cosas nuevas. Y entenderemos que esto ya ha pasado antes, sentiremos un gusto a ciclo repetido, a la vida que se regula y late renovando energías.
Pocas noches después de la luna llena de noviembre el mar entero explotará de vida, dándole al planeta una nueva oportunidad, curando las heridas, volviendo el orden a las cosas. Pocas noches después de la luna llena de noviembre… faltan pocos días…
«No se puede defender lo que no se ama y no se puede amar lo que no se conoce»