Hace tres años la humanidad ha emprendido un nuevo y fantástico viaje: el viaje del descubrimiento del fondo marino.
Desde entonces, unos 300 científicos de 53 países han dado vida al Censo de Vida Marina. Con un presupuesto de 1.000 millones de dólares y un plan de trabajo a diez años. Los resultados son, hasta el momento, absolutamente sorprendentes.
Cada año se están catalogando 1.700 especies hasta hoy desconocidas. Por lo que el censo estima que las 210.000 formas de vida animal y vegetal que se conocen actualmente sólo representan una décima parte del total existente en todos los mares del mundo. De estas increíbles cifras se desprende que hay al menos 5.000 especies de peces desconocidas por el ser humano.
Ron O´Dor, jefe científico del censo explicó: «El número de especies que se están catalogando es más de lo que podemos rastrear. Los océanos están explorados en forma muy precaria, probablemente sólo conozcamos un diez por ciento de lo que ahí existe, en el mejor de los casos»
Todos los océanos del mundo, que representan dos tercios de la superficie terrestre, hacen de ésta una labor titánica. Sólo en el Océano Pacífico se estima que hay alrededor de 30.000 montañas sumergidas. Cada una de ellas es un hábitat específico de formas de vida que tal vez ni imaginamos. La tecnología actual permite a los investigadores llegar a lugares a los que, en el pasado, no podían acceder. Hoy las puertas del mar se abren a la humanidad, tal vez en su seno encontremos respuestas que ni siquiera imaginamos. Es increíble que los seres humanos conozcamos mucho más sobre la superficie de Júpiter que del fondo mismo de nuestros mares.
Cuando creíamos que no había nada nuevo para descubrir nos descubrimos a nosotros mismos sumergidos en nuestra profunda ignorancia. Andamos a tientas entre las olas como Cristóbal Colón buscando algo que no sabemos muy bien qué es, pero sabemos que está ahí y que es importante encontrarlo.
«No se puede defender lo que no se ama y no se puede amar lo que no se conoce»