La fusión nuclear que originó la formación del Sol dio lugar a un desprendimiento de partículas que más tarde la fuerza de gravedad agrupó en núcleos que constituyeron los cuerpos integrantes del sistema solar, la Tierra entre ellos.
Uno de ellos, llamado Tierra, cuya órbita está situada entre las de Venus y Marte, es el planeta que habitamos. Posee forma de esfera, algo achatada en los polos, y tiene un diámetro ecuatorial de 12.756,78 km. y un eje de 12.713,82 Km. de polo a polo.
Paralelos y meridianos
Para localizar cualquier punto de la superficie terrestre el hombre ideó un sistema de líneas o coordenadas imaginarias, trazadas en sentido transversal y perpendicular. La coordenada transversal más importante es el Ecuador, una circunferencia que pasa por el país del mismo nombre y divide a la Tierra en dos hemisferios casi iguales. Al norte y al sur del Ecuador, también en sentido transversal, se trazan los paralelos, entre los que se destacan los trópicos de Cáncer y de Capricornio a 23º 7′ de latitud norte y sur respectivamente; y los círculos polares ártico y antártico a 66º 33′ de latitud norte el primero, e igual latitud sur el segundo. Los paralelos se usan para determinar la latitud, es decir, la distancia que hay de cualquier punto hasta el Ecuador. Esta se expresa en grados y se debe indicar si es norte o sur, como en el caso de la ciudad de Lima, por ejemplo, que se halla a 12º de latitud sur.
Las coordenadas perpendiculares al Ecuador, que pasan por los polos, se denominan meridianos. Por medio de estos se determina la longitud que se expresa en grados; e indican además, el este u oeste con respecto a la coordenada que se toma como referencia: el meridiano 0º, llamado Greenwich. Que pasa por el observatorio astronómico del mismo nombre. La ciudad de Tokio, por ejemplo, está situada a 140º de longitud este.
Existen 24 meridianos especiales, que se llaman husos horarios, distribuidos a ambos lados del meridiano de Greenwich (doce hacia el este con un adelanto de una hora cada uno y doce hacia el oeste con un retraso de una hora en igual medida), que se toman como base para determinar las veinticuatro horas del día.
Asimismo, las coordenadas se combinan con los puntos cardinales (Norte, Sur, Este y Oeste, que se representan gráficamente mediante sus iniciales N. S. E. O.).
Movimientos: días y estaciones
Como los demás planetas del sistema, la Tierra realiza dos tipos de movimientos: el de rotación sobre su propio eje y el de traslación alrededor del Sol.
El primero de ellos se produce en sentido oeste-este. Es la base de medición del tiempo cuya unidad es el día, período en el que la Tierra realiza un giro completo sobre sí misma y en el que tarda 23 horas, 56 minutos y 4 segundos. Mientras que para su movimiento de traslación emplea 365 días, 6 horas, 9 minutos y 24 segundos. El tiempo adicional a los 365 días provoca que se agregue al calendario un día más cada cuatro años, año que se denomina bisiesto.
La Tierra, en su recorrido alrededor del Sol realiza un dibujo elíptico llamado revolución. De acuerdo con la posición del Sol dentro de esa elipse se produce el perihelio del 2 de enero (máxima proximidad) y el afelio del 3 de julio (máximo alejamiento)
Además, en su movimiento de traslación atraviesa cuatro puntos que indican el comienzo de las cuatro estaciones: estos puntos son dos solsticios y dos equinoccios. Los solsticios ocurren cuando los rayos del sol caen en ángulo recto sobre los trópicos de Cáncer y de Capricornio.
El 21 de diciembre es la fecha en que los rayos del sol caen perpendicularmente sobre el trópico de Capricornio. Ese día marca el inicio del verano en el hemisferio sur y del invierno en el hemisferio norte. Del mismo modo, el 21 de junio, al caer los rayos del sol perpendiculares sobre el trópico de Cáncer, comienza el invierno en el hemisferio sur y el verano en el hemisferio norte.
Los rayos solares inciden en ángulo recto sobre el Ecuador, en el equinoccio de primavera y de otoño. La primavera comienza el 21 de setiembre en el hemisferio sur y el otoño el 21 de marzo. Para el hemisferio norte el otoño comienza el 21 de setiembre y la primavera el 21 de marzo.
Estructura terrestre
En la estructura terrestre se distinguen tres capas: la corteza, el manto y el núcleo. La corteza ocupa el 0,6% y se subdivide en corteza oceánica (de 5 a 9 km. de grosor) y corteza continental (de 30 a 40 km. promedio). La corteza oceánica está compuesta por sedimentos, basaltos, oxígenos, silicio, aluminio y magnesio. La capa continental incluye principalmente, laca, granito, oxígeno, silicio y aluminio.
La segunda capa de la estructura del planeta es el manto, que representa un 82% del volumen total y tiene unos 2.900 km. de profundidad. Su naturaleza entre líquida y sólida hace que el planeta presente más actividad que otros cuerpos celestes. Se cree que la composición del mismo se basa en oxígeno, hierro, silicio y magnesio.
El núcleo ocupa el 17% del volumen de la Tierra. Se divide en el núcleo externo, que es líquido y está a 5.155 km. de profundidad y el núcleo interno, que es sólido. Se supone que en su composición se encuentra hierro, azufre, silicio, carbono, hidrógeno y oxígeno.
El movimiento continuo de este sector de la tierra genera un campo magnético.
La atmósfera
La exploración de la atmósfera es mucho más factible que la del interior del planeta. Se divide en diversas capas: la troposfera llega hasta los 10 km. de altura, donde suceden la mayoría de los fenómenos meteorológicos; la estratosfera, que llega hasta los 50 km., donde se encuentra el ozono (gas que absorbe los rayos ultravioletas del sol); la mesosfera, que llega hasta los 90 km.; la ionosfera, hasta los 400 km.; la metasfera, hasta los 720 km. y la protosfera hasta los 1.000 km.
Dentro de la ionosfera, los átomos de oxígeno y las moléculas de nitrógeno están ionizadas (cargadas eléctricamente). Estas cargas son las que, mediante el reflejo de ondas radioeléctricas, hacen posibles las comunicaciones a grandes distancias.
Estaciones del año: la Tierra, en su proceso de traslación efectúa un recorrido elíptico, denominado revolución, que provoca las cuatro estaciones a lo largo del año, según caigan los rayos del sol en forma perpendicular sobre el Ecuador o los trópicos de Cáncer y Capricornio.