Nombre científico: Anodorhyncus
Glaucus
Otros nombres vulgares: Guambá
hovíg o guaá-hovi (guaraní)
guacamayo celeste, ara azul,
arará, arapachá, o araracá
(guaraní), arará celeste,
arará azul pequeño.
Descripción
general y características
Este psittácido
constituye el representante más
austral del género Anodorhynchus.
El mismo estaba originalmente integrado
por otras cuatro especies.
Esta especie se caracteriza por su
menor tamaño, (68 a 74 cm.
de largo total) y diferencias de tonalidades
en la coloración del plumaje
que era predominantemente azul verdoso
con un matiz grisáceo en la
cabeza y el cuello y un tinte algo
parduzco sobre la cara, garganta y
parte superior del pecho. Según
algunos autores, la coloración
de la garganta tiende a negruzco,
el abdomen es verdoso y las cobijas
internas del ala son negro sepias.
Bien contrastante resulta la zona
periocular desnuda y la mancha de
base de la mandíbula amarillo-cromo
pálida, al igual que la faja
angosta que la bordea. El pico es
bien grande y robusto, de 65 a 70
mm, de color negro, igual que el iris,
los tarsos y los párpados.
Sería en su aspecto muy similar
a Anodorynchus leari, pero algo más
claro. No obstante su asombroso parecido,
últimamente se tiende a considerar
que ambos guacamayos constituyen una
superespecie. La cola, para algunos
autores, llegaría a los 40
ó 43 cm. de largo, con rectrices
centrales de hasta 3,95 cm.
Hábitat
En cuanto al hábitat
de la especie se han señalado
áreas de parque con isletas
de monte, rodeadas de pajonales y
esteros o las zonas con palmares siempre
cerca de los ríos con barrancas
pronunciadas. Según Olrog (1984)
sería típico de las
sabanas y bosques de pino paraná,
pero no se conoce en qué registros
se basó para hacer tal afirmación.
Distribución
geográfica
Su distribución
original abarcaba , según la
poca información existente,
el este del Paraguay, el sur del Brasil,
(estados de Santa Catarina y Río
Grande do Sul), el nordeste argentino
(sur de Misiones, norte y centro de
Corrientes, hasta los esteros de Batel,
y probablemente, este del Chaco, según
una única cita, sólo
nominal y vaga del Comandante Fontana,
y el norte del Uruguay (departamento
de Artigas)
Comportamiento
Según Azara
(1805) la especie excavaría
cuevas en las barrancas de los ríos
o en los troncos de los árboles
secos, donde depositaría 2
huevos. Sobre sus costumbres es muy
poco lo que se sabe.
De Mossy (1860) la halló muy
asociada a los palmares de yatay,
donde además se alimentaban.
Orfila (1936) la considera en cautiverio
"poco sociable, sin ser arisco"
y destaca que se irritan enseguida,
atacan a picotazos cuando se los alimenta,
son silenciosos y reposados, por lo
general largo rato en un mismo sitio
sin moverse. Por el contrario, Sánchez
Labrador (1767) la considera una especie
muy mansa e inteligente al domesticarse,
y relata las increíbles habilidades,
casi humanas de un ejemplar que vivió
algún tiempo en la reducción
de "La Concepción"
que significaría "que
está todo el día hartándose".
Causas de la
extinción
Se cree que el
aumento de la navegación y
el poblamiento de las costas de Paraná,
donde se alzan, entre otras, las ciudades
de Resistencia, Corrientes y Posadas
y las del alto Uruguay lo habría
privado de áreas tranquilas,
aptas para la nidificación.
También la caza debe haber
tenido un impacto significativo, debido
a su aspecto y tamaño imponentes.
Inclusive se lo llegaba a capturar
como recurso proteico, aunque su carne
no fuera de las más gustosas.
La extracción de pichones para
criarlos como mascotas tiene antigua
data, como así también
el envío de ejemplares a zoológicos
europeos.
No se descarta la posibilidad de que
su declinación haya sido causada
por alguna epizootia, o bien por problemas
genéticos, en una población
ya disminuida.
Probablemente extinto, a pesar de
que fue abundante en otros tiempos,
hay remotas posibilidades de que aún
subsista en selvas marginales de ríos
no navegables.
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